22.05.2023 Views

52

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

dispuestos a soportar cualquier cosa para lograrlos?

Cuando Branch Rickey, el gerente y propietario de los Brooklyn Dodgers,

buscó a Jackie para que se convirtiera en el primer jugador negro de béisbol

profesional, le hizo una pregunta: “¿De verdad tienes las agallas? Estoy

buscando —le dijo Rickey— a un jugador que tenga las agallas de no devolver

los golpes”. De hecho, en su famoso encuentro, Rickey ilustró él mismo la clase

de insultos que probablemente recibiría Robinson si aceptaba el reto: que el

recepcionista de un hotel se negara a darle una habitación, que un mesero lo

ofendiera en un restaurante, que un oponente lo insultara. Robinson le aseguró a

Rickey que estaba dispuesto a manejar ese tipo de cosas.

Rickey podría haber reclutado a muchos otros jugadores, pero necesitaba a

alguien que no permitiera que su ego le impidiera ver el panorama más grande.

Cuando comenzó a jugar béisbol, y luego en las ligas profesionales,

Robinson enfrentó mucho más que insultos del equipo de personas que trabajaba

para los jugadores y de estos mismos. Era una agresiva campaña coordinada para

difamar, abuchear, provocar, excluir, atacar, mutilar o incluso matar. Durante su

carrera, Robinson fue golpeado por más de 72 lanzamientos y casi pierde su

tendón de Aquiles a causa de los jugadores que lo golpearon con los clavos de

sus zapatillas, para no mencionar las decisiones arbitrales injustas y las faltas

cometidas contra él que no le pitaron. Sin embargo, Jackie Robinson se mantuvo

fiel al pacto verbal que había hecho con Rickey y nunca cedió a la tentación de

devolver los ataques, a pesar de que los otros se lo hubiesen merecido. De hecho,

durante los doce años que estuvo en la liga, nunca golpeó a otro jugador con sus

puños.

Hoy en día los atletas nos parecen malcriados e impulsivos, porque no

sabemos cómo eran las ligas antes. En 1956, Ted Williams, uno de los jugadores

más admirados y respetados en la historia del deporte, fue pillado escupiéndole a

sus seguidores. Siendo un jugador blanco, Williams no solo podía hacer eso sin

recibir ningún castigo sino que más tarde le dijo a los periodistas: “No me

arrepiento ni un segundo por lo que hice. Tenía razón y hoy le volvería a escupir

a la misma gente que me abucheó... Nadie me va a impedir que escupa”. Si se

hubiese tratado de un jugador negro, esta clase de conducta no solo habría sido

impensable sino incomprensible por la inconciencia que representaría. Robinson

no tenía esa libertad: hacer algo así habría terminado no solo con su carrera sino

que habría hecho fracasar su gran experimento durante varias generaciones.

El camino que siguió Jackie lo obligó a hacer a un lado su ego y, en cierto

sentido, incluso su sentido básico de la justicia y los derechos humanos. Al

comienzo de su carrera, el gerente de los Philadelphia Phillies, Ben Chapman,

fue particularmente violento al insultarlo durante un partido. “¡Te están

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!