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cualquier cosa que no le guste?
Aquellos que han sometido al ego, entienden que el hecho de que los demás
nos traten mal no nos degrada a nosotros, sino a ellos.
El camino que tenemos delante es claro: tendremos que hacer un gran
esfuerzo. Desaires. Desprecio. Insultos. Concesiones unilaterales. Recibirá
gritos. Tendrá que trabajar tras bambalinas para salvar lo que ha debido ser más
fácil. Eso lo pondrá furioso. Le producirá ganas de devolver los ataques. Lo hará
querer decir: Yo soy mejor que esto. Me merezco más.
Tal vez eso sea cierto, pero tan pronto como decida devolver el golpe, usted
habrá perdido.
Usted querrá tirarles las cosas a la cara a los demás. Peor aún, querrá
quitarles los créditos a esas personas que no se merecen el respeto, el
reconocimiento ni las recompensas que están obteniendo. De hecho, muchas de
esas personas obtendrán a veces las recompensas que usted debería haber
obtenido. Cuando alguien no nos trata con la seriedad que quisiéramos, el primer
impulso es corregir esa situación. (En el fondo todos queremos decir siempre:
¿acaso usted no sabe quién soy yo?). Usted quisiera recordarles lo que se les ha
olvidado. Su ego le ruega que siga sus impulsos.
Pero en lugar de eso, no debe hacer nada. Acepte el plato. Mastíquelo hasta
que se sienta enfermo. Aguante. Quítese de encima la frustración y trabaje con
más empeño. Juegue el juego y haga caso omiso del ruido. Por amor de Dios, no
permita que los demás lo distraigan. El control es una habilidad difícil, pero
esencial. Con frecuencia se sentirá tentado, incluso abrumado. Nadie es perfecto
y nadie puede serlo, pero debe tratar.
El hecho de que los que están surgiendo deben soportar los ataques de los
que se están quedando atrás es una realidad de la vida. Robinson tenía 28 años
cuando empezó con los Dodgers; ya había pagado muchas deudas vitales como
negro y como soldado y, sin embargo, tuvo que volver a hacerlo. Es una tristeza
que los nuevos talentos sean menospreciados de forma regular, y que a veces no
sean reconocidos. Las razones para esto varían, pero es parte del viaje. Es un
sistema indignante y usted puede tratar de cambiarlo, pero entretanto tendrá que
encontrar una manera de hacerlo trabajar en su beneficio, aunque su propósito
sea solo encontrar tiempo extra para desarrollarse adecuadamente, o aprender de
los demás a costa de ellos, para luego construir su base y establecerse.
Cuando Robinson empezó a tener éxito, después de haber demostrado que
era el Jugador del Año y la Persona Más Valiosa, tener asegurado su lugar en los
Dodgers, empezó a afirmarse con más claridad y a establecer límites más claros
como jugador y como hombre. Luego de haberse abierto un espacio, sentía que
podía discutir con los árbitros o meter el hombro si necesitaba hacer retroceder a