Pasaia III - Pasaiako udala
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Trintxerpeko eliza ez<br />
zen eraiki eta mustu<br />
1953 arte.<br />
74 I<br />
TRINTXERPE, EL ESCANDALO DE GIPUZKOA<br />
¿Es la meca del soviet rojo?<br />
Nuestra campaña surge sus efectos. En el campo católico y en el<br />
campo rojo. Se notan los primeros síntomas de que la desolación<br />
de Trintxerpe llega a inquietar a algunos corazones de temple y a algunas<br />
inteligencias que saben medir las consecuencias del abandono en<br />
que a tanto obrero se deja.<br />
También parecen haberse alterado los nervios en las huestes comunistas.<br />
“Euskadi Roja” nos regaló con las galas de su vocabulario más<br />
pintoresco. No llegan a inquietarnos sus pronósticos, ni nos hieren sus<br />
calificativos.<br />
Sabemos cuánto hay de eficacia en sus palabras. Nos lo demostraron<br />
las épicas jornadas de la antigua Academia de declamación Vasca.<br />
Aquellas fieras y tremebundas actitudes que amedrentaban a toda<br />
Donostia quedaron desvanecidas en cuanto unos propagandistas se<br />
decidieron a enfrentarse con los jerifaltes comunistas.<br />
Ya iremos, en ocasión oportuna, poniendo de relieve lo que de realidad<br />
y verdad hay en la propaganda comunista que ahora han vuelto a<br />
iniciar. Qué es de su vasquismo, nacionalismo y obrerismo lo aquilataremos<br />
sin rebozos. Pero, seremos nosotros los que escojamos el<br />
momento.<br />
Por hoy, ciñámonos a Trintxerpe. Juzgábamos nosotros que el predominio<br />
sindicalista era un hecho en ese barrio pesquero. “Euskadi Roja”<br />
se apunta para sí la hegemonía obrera de Trintxerpe. Y se revuelve porque<br />
nuestras cifras no eran exactas.<br />
No se alteren los jefes comunistas. Rectificamos a placer de ellos.<br />
Según sus estadísticas, el censo obrero afiliado a sus organizaciones se<br />
eleva a 1.183, distribuido en la siguiente forma: sección de marineros,<br />
600; fogoneros, 250; patrones y maquinistas, 30; marineros a la parte,<br />
80; rederos, 78; pescadería y descarga, 85; chóferes, 60.<br />
Tal vez estas cifras parezcan a los sindicalistas y solidarios como<br />
aquellas del Gran Capitán y merezcan alguna incrédula sonrisa.<br />
Nosotros las damos por buenas. Así verán los comunistas, que cuando<br />
estamos equivocados, rectificamos.<br />
Ni nos extraña lo más mínimo que en Trintxerpe hayan podido hacer<br />
tantos prosélitos. Porque, y en estos estamos también de acuerdo con los<br />
comunistas, se ha explotado al pescador por algunos armadores, más<br />
que ahora en los comienzos de la flota pesquera; nadie se ha cuidado de<br />
construir casas baratas y numerosas para los pescadores, con el fin de<br />
acomodar dignamente a sus familias, ni ha existido la asociación social<br />
cristiana ni en la acción católica la más mínima preocupación por dignificar<br />
la suerte de esa muchedumbre de pescadores abandonados.<br />
¿De qué pueden quejarse los timoratos al ver que esos obreros en<br />
masa desertan de la religión si con ellos no se han cumplido los dictados<br />
de la justicia social?<br />
La necesidad del Apostolado cristiano<br />
En Trintxerpe urge realizar un apostolado social. En Trintxerpe es más<br />
necesario, todavía, realizar un apostolado cristiano.<br />
Un barrio de cuatro mil almas está totalmente abandonado. Apenas<br />
el 7 por ciento de los habitantes de Trintxerpe oye misa los domingos, o<br />
sea que el 93 por ciento de los pescadores y sus familias no tienen el<br />
menor roce con Jesucristo y con su Iglesia.<br />
¡Evangelización de las tierras paganas! ¿Acaso no lo es ya Trintxerpe?<br />
Esto a las puertas de Donostia ¿no constituye un oprobio y una vergüenza<br />
para nosotros, los católicos? ¡Que en un barrio de cuatro mil almas,<br />
más de tres mil quinientas no tengan contacto alguno con la fe cristiana<br />
y esto a menos de dos kilómetros de Donostia!<br />
En nuestra ciudad son numerosas, numerosísimas, las organizaciones<br />
de apostolado y proselitismo cristiano. Algunas de ellas procuran ejercitar<br />
cierta bienhechora influencia procurando que el elemento femenino<br />
de Trintxerpe suba hasta el Alto de Miracruz en busca de instrucción<br />
religiosa.<br />
Pero, lo doloroso y amargo es que no exista un plan serio, ni una preocupación<br />
efectiva, ni que a nuestras reiteradas llamadas presten atención<br />
las organizaciones cuya esencia es desarrollar la acción católica.<br />
Ningún campo de más urgente cultivo para esas entidades obligadas a<br />
realizarla.<br />
Sólo un puñado de 250 fieles acude cada domingo a oír el santo<br />
sacrificio. Son tan pocos y, sin embargo, se esfuerzan inútilmente por<br />
caber en un pobre recinto angosto y reducido; en una escuelita, fundada<br />
y sostenida por un alma generosa en deseos pero pobre en recursos<br />
económicos.<br />
Un joven apóstol, tres veces por semana, congrega a ciento cincuenta<br />
niños del barrio pesquero en esa escuelita para enseñar el catecismo.<br />
Los niños se revuelven inquietos contra las paredes agobiantes que los<br />
encajonan. ¡Ni unas láminas para el catecismo, ni un aparato de proyecciones,<br />
ni unos regalos para estímulo de los niños!<br />
Tantas y tan numerosas limosnas para el sin fin de obras de celo y de<br />
asistencia social. Y ni un sólo céntimo para una capilla de un barrio de<br />
cuatro mil almas.<br />
Es necesario que no se retarde ni un día más el reparar este olvido y<br />
este abandono.Trintxerpe debe tener su Iglesia, su catequesis, sus comedores<br />
económicos, sus cantinas.<br />
Cuando Jesucristo haya tomado posesión de Trintxerpe en una capilla<br />
en que puedan cobijarse dignamente los católicos practicantes de hoy y<br />
los que mañana han de venir, será el día de iniciar una campaña social.<br />
Cuando Donostia repare para con la Iglesia la gran deuda de<br />
Trintxerpe, Jesucristo hará brotar de entre sus pescadores vocaciones de<br />
apóstoles.<br />
Editorial