cuentos de barro - DSpace Universidad Don Bosco

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—¡Agüén, entonces lo vamos a partir mitá y mitá, mano! —¡No seya pendejo, mano!, ¿no ve que yo luei incontrado? Si lo par timos, ya núes de seis puntas ¿entiende? —Entonces, juguémola; a los dos nos toca en suerte, dende el momento en que los dos nos hemos metido a pescar juntos. —¡Coma güevo! Y déjese de babosadas, si no quiere pasar a más... Discutiendo habían llegado a la playa. Genaro Prieto se había guar dado la estrella en la bolsa del pantalón. Luciano García, con voz más cal mada, insistía en que ambos tenían iguales derechos sobre el hallazgo. —Aquí tengo el chivo, Genaro, juguémola... —¡No me terqueye! —Juguémola. —No la juego, y ¿quiay? Luciano Garciya, en un momento de ceguera, se arrojó sobre el corvo, que había dejado clavado en la rama haciendo cruz. Genaro echó mano al cuchiyo que llevaba en el cinto, mas no tuvo tiempo de desnudarlo: el corvo del amigo le había cortado de un golpe la vida. 124 “Well, then we can cut it half and half, bro!” “Don’t be stupid. Don’t ya see that I have finded it? If we cut it, then it no longer haf six points, got it?” “Well then let’s gamble for it since we both found it. It’s ours since we both came to fish together.” “Go fuck yourself! And stop the bullshit if you don’t want to see more…” They continued arguing until they arrived at the beach. Genaro Prieto had put the starfish in his pocket. Luciano García, with a calmer tone, insisted that they both had the right to the finding. “I have the coin here. Let’s flip it, Genaro, let’s do this...” “Cut it out.” “Let’s gamble for it.” “I don’t wanna, so what?” Luciano Garciya, in a moment of blindness, jumped over his machete that he had left nailed like a cross on the branch of the tree. Genaro grabbed the knife he carried on his belt, but he didn’t have time to take it out: on a whim the machete of the friend had cut his life.
El matador estuvo allí, fijo, mientras duró la transición de la cólera al temor. Luego se echó sobre el cuerpo ensangrentado y, cogiendo el ambuleto, huyó entre los manglares. En el tranquil de la mañana una garza pasó, empujando, ya sin juerzas, la inmensidá. 125 The matador was there, still, while the transition from anger to fear lasted. Then he jumped on the bloody corpse and, picking up the ambulet, fled among the mangrove swamps. In the calm of the morning a heron passed by pushing the immensity with no strength.
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Tales of Clay (Cuentos de Barro) A
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La literatura no es inocente; la tr
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Hasta el cacho-All the Way La petac
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La metodología de la traducción e
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Durante los viajes para visitar a f
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Igualmente, la censura editorial qu
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Desde sus lectores originales olvid
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TraNquera Como el alfarero de Iloba
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la BoTIJa José Pashaca era un cuer
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—¡Comolóis! Bashuto se prendió
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Por fuerza también tenía Pashaca
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Metió en el hoyo el cántaro, lo t
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Más abajo, entre grupos de güisco
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Tacho, el hermano de la Juanita, te
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Uno de ellos se echó llorando en l
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Los cipotes abrían sus bocas y se
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A lootra oriya se oiba patente el b
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El camino estaba como el día, y la
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el SacrISTÁN Se llamaba Agruelio;
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De pie en el portal, el santo, todo
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y el indio, que vivía solo allí,
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Iban, iban... La chucha seca los se
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Dejando suelta al dulce ondeyo del
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Derrida, Jacques. Of Grammatology.
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Tilley, Virginia. Seeing Indians :
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The Voice of the Pipil The translat
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