Claves - UGT Andalucía

102
reflexiones socio
laborales de la
UGT Andalucía
aparecer unas semanas más tarde, cuando diez
asociaciones culturales entregaron un escrito
al presidente de la Junta pidiéndole que frenara
los recortes para “no destruir el sector” La
confusión sobre la finalidad que posee este tipo
de industria llevó a plantear a los afectados que
la cultura no sólo puede medirse en términos de
rentabilidad económica, sino sobre todo social
El segundo problema que encontramos es que
no termina de aparecer claro si la denominación
de industria cultural andaluza tiene que ver sólo
con cuestiones empresariales y de “marca”, o
si realmente podemos descubrir una identidad
propia cuando hablamos de patrimonio,
artes visuales, música o publicidad andaluza
Coincidimos con Bernardo Díaz Nosty cuando,
hace unos años, afirmaba que la defensa de la
cultura propia como elemento de la diversidad
pasa por la aplicación de estrategias para el
cambio de mentalidad y redefinición de la
ideología identitaria (sic) Recientemente,
el poder político ha manifestado el
redescubrimiento de la identidad andaluza y el
papel que, en este sentido, poseen los medios
de comunicación, a lo que añadimos también
las representaciones generadas por el resto
de la industria cultural Se puede así constatar
que la realidad local contribuye a la creación de
contenidos propios que configuran una visión
de Andalucía llena de estereotipos, que no han
sido ajenos a una instrumentalización política
de origen histórico Desde esta perspectiva,
resulta necesario articular otros contenidos
sin renunciar al localismo o reflexionar si este
puede ser representativo de la propia identidad
andaluza
De entre todas las industrias culturales, los
medios de comunicación tienen un papel
relevante a la hora de reflejar dicha identidad
El análisis empresarial de este ámbito
demuestra, sin embargo, una fragmentación
del sistema informativo que viene acompañada
de precariedad y subempleo en muchos
casos La imagen, pues, que se transmite
no puede aislarse de la atomización local que
impide la construcción de un discurso coral
sobre Andalucía El imaginario colectivo se
sigue alimentando de contenidos uniformes,
poco innovadores y representativos de una
región demasiada anclada en tópicos Esta
realidad no parece que vaya a mejorar con
las nuevas tecnologías y las posibilidades que
aporta Internet Recientemente, la profesora
Virginia Guarinos coordinaba un trabajo titulado
Andalucía en la red, en el que afirmaba que “un
medio puntero e innovador como es Internet
no conlleva la modernidad que supondría una
renovación de la imagen” de la Comunidad De
esta forma, no parece suficiente que se realicen
llamamientos políticos sobre la necesidad
de superar la mirada superficial y peyorativa
que existe sobre lo andaluz Consideramos
más bien que es fundamental una auténtica
voluntad por parte de los poderes públicos y
privados para impulsar un espacio andaluz de
comunicación, que implique la erradicación de
estereotipos y ponga en valor las peculiaridades
culturales si, como reconocía también Juan
Torres, Andalucía quiere contar con “referentes
comunicacionales autóctonos”
El horizonte, pues, de las industrias culturales
en Andalucía pasa por plantearse retos
inmediatos En primer lugar, creemos que
es importante que quede definido qué es
una industria cultural en relación a sus
características públicas y su potencial como
sector económico Esta cuestión implica una
reconsideración del sentido que tiene la cultura
en la actual situación de crisis, ya que en estos
momentos no puede abandonarse a su suerte
a esta importante actividad social Pero al
mismo tiempo, las empresas implicadas tienen
que replantearse que un modelo paternalista
de ayudas y subvenciones puede condenarlas a
su desaparición En este sentido, consideramos
una interesante iniciativa la reciente creación
del Observatorio de Industrias Culturales de
Andalucía, que tiene como principal objetivo
apoyar la investigación y la innovación en cultura
y desarrollo, así como la puesta en marcha de la
Asociación de Gestores Culturales de Andalucía
(GECA) La mutua colaboración entre el ámbito
público y privado puede además buscar apoyo
en fórmulas de patrocinio y mecenazgo que, en
ningún caso, supongan una nueva dependencia