Claves - UGT Andalucía

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reflexiones socio
laborales de la
UGT Andalucía
en las reformas laborales de 2010 en España,
resulta difícil contando al mismo tiempo con un
marco permisivo de la contratación temporal,
y una política de facilitación de los despidos
como mecanismos de ajuste, animados por la
reducción de sus costes económicos
Avanzar hacia objetivos de flexibilidad interna
en la empresa debe significar también
el fortalecimiento de modelos sindicales
participativos en la elaboración y gestión de
políticas de empleo, de reestructuraciones de
plantilla, de movilidad, de formación profesional
Creo además que en las estrategias de
flexibilidad el sistema de negociación colectiva
debe ser protagonista, pero debe serlo de
forma articulada, sirviendo de instrumento
de gobierno de los procesos de flexibilidad e
igualmente de instrumento de gestión de los
procesos de flexibilidad en las empresas
Por otro lado, la flexibilidad no es un concepto
ligado únicamente a intereses empresariales,
también debe tomar en cuenta los intereses
del trabajo, por ejemplo reforzando la tutela de
los derechos de conciliación de la vida laboral
y familiar, que es una vía para avanzar en la
efectiva igualdad de hombres y mujeres en el
mercado de trabajo
La flexibilidad es ineludible, pero no debe
serlo a costa de la seguridad laboral Hoy
esta seguridad en el empleo está claramente
cuestionada en un escenario caracterizado
por la profunda crisis económica y de empleo,
y por los cambios en las cualificaciones
requeridas en modelos productivos flexibles
Esta situación de desempleo estructural se
agrava ante mercados laborales cada vez
más segmentados y precarios, que están
conduciendo a la discriminación en el empleo
y en las condiciones laborales de ciertos
colectivos (mujeres, jóvenes, inmigrantes) y al
incremento de desigualdades sociales
La estabilidad laboral y un empleo de calidad
son objetivos que no se pueden orillar en el
debate sobre la modernización de los mercados
laborales Uno de los retos en este ámbito,
como digo, es el de la seguridad laboral, pero
concebida ahora más allá de la relación laboral
en la empresa, es decir, la tutela en el mercado
de trabajo, que asegure la transición de un
empleo a otro, con una protección adecuada
frente al desempleo, acompañada de políticas
activas de empleo eficaces y estímulos a la
formación permanente
En nuestro país este objetivo se ha concretado
en la exigencia de la modernización de las
políticas de intermediación y de empleo Una
visión integral de estas políticas plantea algunos
retos ineludibles En primer lugar, los servicios
públicos de empleo tienen que incrementar su
papel en el desarrollo de políticas de empleo
preventivas, sobre todo en relación con
colectivos con problemas de inserción y, por
tanto, necesitados de atención preferente Es
particularmente necesario en estos momentos
un funcionamiento eficaz de estos servicios
para facilitar la movilidad laboral, el trasvase
de empleo desde sectores como construcción
a nuevos sectores emergentes de la estructura
productiva Además, es fundamental avanzar
en la evaluación de los resultados de estas
políticas, algo prácticamente ausente en la
gestión de los servicios de empleo
La “territorialización” de las políticas de empleo
es otro objetivo relevante de cara a la mejora
del funcionamiento de los mercados locales o
regionales de empleo Pero la descentralización
de los mecanismos de mediación sin
coordinación o articulación conlleva el peligro
de servir a la fragmentación del mercado de
trabajo Hoy por hoy un obstáculo evidente para
avanzar en esta visión integral de las políticas
de empleo es la falta de coordinación entre
Estado y Comunidades autónomas
Y, finalmente, es fundamental que las políticas
de intermediación y de empleo se conecten
con las políticas de formación La conexión
entre mediación, empleo y formación parece
imprescindible ante la realidad de un mercado
de trabajo caracterizado de manera creciente
por las transformaciones y la discontinuidad
en el empleo Lo cierto es que en España son