Claves - UGT Andalucía

apreciables las dificultades en la formación de
capital humano: empresas con baja inversión
en formación, trabajadores temporales y
desempleados de larga duración que se
descualifican, niveles educativos más bajos
que en la Unión Europea La formación está
claramente ligada al objetivo de la empleabilidad,
además, porque es necesario formar a los
trabajadores desempleados para facilitar su
incorporación a nuevos sectores emergentes
de la estructura productiva intensivos en
trabajo cualificado
En el actual debate sobre la modernización de
nuestros mercados de trabajo se percibe una
especie de esquizofrenia caracterizada, por
una parte, por la afirmación de la necesidad
de un marco jurídico de un empleo de calidad,
por otro lado, por un resignado pragmatismo,
aceptando que en realidad el trabajo es una
mercancía y que el destino económico del
modelo europeo depende, sobre todo, de la
venta del trabajo al más bajo precio y con los
menores condicionantes normativos Estamos,
se puede decir, ante la permanente cuestión
de si la regulación de las relaciones laborales
debe servir sólo para secundar las tendencias
“naturales” del mercado o tiene como función
servir de límite a éste La respuesta debe ser la
de reafirmar, como se hizo en la Declaración de
Filadelfia de la OIT de 1944, que el trabajo no
es una mercancía, que es necesario un marco
jurídico garantista de los derechos y la dignidad
del trabajador
Pero hay una cuestión de fondo más relevante
Ante la realidad de una degradación del
empleo y las condiciones de trabajo, con
importantes colectivos cada vez más lejos
de un trabajo digno como llave de entrada al
Estado del bienestar, deberíamos recordar
que la intervención tutelar del Estado en las
relaciones laborales nace como respuesta a la
cuestión social, como solución a la necesidad de
garantizar las virtudes del progreso económico
a la luz de la amenaza política y social que
representaba la condición de la clase obrera
La gran enseñanza de las respuestas de los
Estados a esta cuestión en el “olvidado siglo
reflexiones socio
laborales de la
UGT Andalucía
XX”, como observa Tony Judt, es la necesidad
de la integración de la clase trabajadora en la
vida social y política, la intervención tutelar del
Estado y, en suma, la garantía de mecanismos
reguladores como fuente de solidaridad social y
de estabilidad política
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