Claves - UGT Andalucía

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reflexiones socio
laborales de la
UGT Andalucía
Evaluación y cooperación internacional para el desarrollo
La tozudez de la realidad pone de manifiesto
año tras año, informe tras informe –se tome la
referencia que se tome-, no sólo la persistencia
de niveles alarmantes de pobreza en el mundo
globalizado sino el agravamiento de las brechas
y las desigualdades entre determinados países,
regiones y grupos de población
El Informe de Desarrollo Humano 2010
muestra notables avances de muchos países
en la mayoría de áreas al tiempo que reconoce
que otros han sufrido graves retrocesos o
anularon en pocos años lo conseguido en varias
décadas El informe apunta que “el crecimiento
económico ha sido extremadamente desigual
(…) las brechas en desarrollo humano, si
bien se acortan, siguen siendo enormes en el
mundo” (PNUD, 2010: 6)
Una primera mirada a la cuantía de la Ayuda
Pública al Desarrollo (APD) muestra su
tendencia positiva aunque lejos aún de los
compromisos adquiridos “En 2009, los gastos
netos de APD alcanzaron el 0,31% de los
ingresos nacionales combinados de los países
desarrollados En términos reales, este es un
leve incremento del 0,7% en comparación con
2008, aunque medido en dólares actuales de
EEUU, la APD disminuyó en más de 2% en
2008” (NNUU, 2010: 66)
Juan Murciano y Laura Porrini
Instituto de Estudios de Economía, Evaluación y Empleo, I3E
“Veinte años después de la publicación del primer Informe sobre Desarrollo
Humano, los logros conseguidos ameritan grandes celebraciones Pero
también debemos mantenernos alertas para encontrar formas de mejorar la
evaluación de las adversidades de antaño y de reconocer, y responder, a las
nuevas amenazas que ponen en riesgo el bienestar y la libertad humana”
A Sen (PNUD, 2010: 5)
En el caso de España, entre 2004 y 2007 la
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ha crecido del
0,24% al 0,37% del PIB, pasando de la décima
a la séptima posición entre los veintidós países
del CAD (MAEC, 2009: 59-60) No obstante,
en la raíz del problema no se encuentra sólo una
cuestión de magnitudes, en términos de cuánta
cooperación, sino esencialmente aspectos
relacionados con su naturaleza y configuración
y con los principios, valores y motivaciones
que impulsan y legitiman la puesta en marcha
una política de cooperación a nivel estatal
No se trata únicamente de una expresión de
la solidaridad de los pueblos, sino también de
una toma de conciencia sobre los beneficios
que supone para la comunidad internacional
promover estándares mínimos de desarrollo
global
En el prefacio del Plan Director de la Cooperación
Española 2009-2012 se declara que “somos la
primera generación de la historia que tiene en
sus manos la posibilidad real de acabar con la
pobreza en el mundo, la primera que dispone
de la tecnología, los conocimientos científicos y
los recursos para ello Y, por eso, debemos ser
la primera generación global que adquiera, al
fin, el compromiso político necesario con este
objetivo” (MAEC, 2008) Este compromiso se
materializa en tres grandes metas: