08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ennegrecido, la hierba se ha vuelto amarilla y frágil, las palmeras han<br />

doblado sus ramas como camellos cansados que bajan sus cabezas,<br />

y los higos han madurado en las tupidas copas, entre las hojas. La<br />

gente se acuesta a la sombra y espera, ja<strong>de</strong>ante, la llegada <strong>de</strong> la brisa<br />

nocturna. Todos han huido <strong>de</strong> Xystos y Bezetha para refugiarse bajo<br />

el pórtico <strong>de</strong> Salomón. Allí se pue<strong>de</strong> encontrar ahora gente <strong>de</strong> la más<br />

baja extracción. Porque, ¿quién ha quedado en la ciudad? Los<br />

sacerdotes, con sus familias, y todos los más ricos han marchado <strong>de</strong><br />

Jerusalén y han ido a sus posesiones <strong>de</strong> verano. Yo también hace<br />

días que hubiera marchado a mi resi<strong>de</strong>ncia, cerca <strong>de</strong> Emaús. Nunca<br />

había estado en Jerusalén durante esta época <strong>de</strong> calores estivales.<br />

Pero esta vez he tenido que quedarme. La enfermedad <strong>de</strong> Rut no<br />

permite cambio alguno...<br />

Vivimos como asediados: el rojo <strong>de</strong>sierto ha llegado hasta las<br />

puertas <strong>de</strong> la ciudad y como una hiena parece esperar su presa. En la<br />

piscina <strong>de</strong> Siloe el agua baja cada día más <strong>de</strong> nivel. Nubes enteras <strong>de</strong><br />

moscas zumban en el aire, <strong>de</strong>nso como el aceite. Estoy sentado al<br />

lado <strong>de</strong> Rut y las ahuyento. Tiene los ojos cerrados y respira con<br />

dificultad. Sus blancas manos, caídas sin fuerzas sobre las sábanas,<br />

expresan una tristeza espantosa. No puedo soportarla... Hasta ahora<br />

no he tenido ocasión <strong>de</strong> hablar con nadie <strong>de</strong>l maestro. De los<br />

miembros <strong>de</strong>l Gran Consejo no he visto más que a Joel bar Gorión. Ya<br />

te dije en otra ocasión que me es odioso. Es pequeño y cargado <strong>de</strong><br />

espaldas (afirma que lleva sobre ellas los pecados <strong>de</strong> todo Israel).<br />

Cuando le encontré estaba rezando por los pecadores. Tenía los<br />

brazos levantados y se golpeaba sin cesar la cabeza contra la pared.<br />

Tuve que esperar mucho rato a que terminase. Por fin se volvió y<br />

aparentó que hasta entonces no había notado mi presencia. Me<br />

saludó con una gran cordialidad que siempre me suena a falsa.<br />

—¡Oh, a quién veo! Al gran rabí, al sabio rabí Nico<strong>de</strong>mo, al bar<br />

Nico<strong>de</strong>mo... ¿Ya has vuelto, rabí? ¡Cuánto me alegro! Todos nos<br />

preguntábamos dón<strong>de</strong> habías ido y por qué has estado tanto tiempo<br />

ausente <strong>de</strong> la ciudad. ¿Es verdad, rabí, que estuviste en Galilea? Vino<br />

aquí gente que afirmaba haberte visto allí... ¡Repugnantes<br />

calumniadores! Dijeron, imagínate tú, que te habían visto entre una<br />

multitud <strong>de</strong> impuros amhaares escuchando a un charlatán que con<br />

gran regocijo <strong>de</strong> los galileos les cuenta un sinfín <strong>de</strong> tonterías. Dije a<br />

Johanaan ben Zakkai (que el nombre <strong>de</strong> este ilustre y sabio rabí sea<br />

siempre ensalzado) que castigara a aquellos mentirosos. Le dije:<br />

115

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!