08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

martillo. Sólo <strong>de</strong> pensarlo me sentí mareado. Pero pasó <strong>de</strong> largo y se<br />

mezcló entre los <strong>de</strong>más invitados, riendo y gesticulando.<br />

Las borracheras fueron aumentando <strong>de</strong> día en día. Los banquetes<br />

se sucedían sin interrupción. En cierto momento vi a Pilatos ro<strong>de</strong>ado<br />

<strong>de</strong> bailarinas, hablando con Herodías, que estaba recostada sobre su<br />

lecho, al otro lado <strong>de</strong> la mesa. Esta mujer, a pesar <strong>de</strong> sus años, sabe<br />

hechizar todavía a los hombres. Su cuerpo conserva una línea<br />

magnifica. Parece casi una jovencita. Pero cuando contempla a<br />

Antipas con la tierna mirada <strong>de</strong> sus negros y brillantes ojos <strong>de</strong> largas<br />

pestañas, cuesta creer que esta misma mujer se haya <strong>de</strong>shonrado ya<br />

una vez con una ilícita unión con uno <strong>de</strong> sus tíos, le haya engañado y<br />

abandonado luego para irse a vivir con Antipas, también tío suyo. A<br />

los pies <strong>de</strong> Herodías estaba sentada una muchacha joven, esbelta y<br />

<strong>de</strong> tez morena. Cuando miro a una criatura se me aparece en el acto<br />

la imagen <strong>de</strong> Rut. ¡Ojalá pudiera no pensar en ella! Creí que era una<br />

sirvienta, pero resultó ser la hija <strong>de</strong> Herodías y Filipo. La madre la<br />

hace estar allí y ella nos contempla a todos con sus enormes ojos<br />

negros.<br />

Oí fragmentos <strong>de</strong> la conversación entre Pilatos y Herodías. Ella<br />

intentaba convencerle <strong>de</strong> que su nuevo marido <strong>de</strong>sea ser su mejor<br />

amigo:<br />

—Ya verás, ilustre procurador; te lo <strong>de</strong>mostrará en el momento<br />

oportuno... Cuando más lo necesites...<br />

— ¡Nunca voy a necesitar nada <strong>de</strong> él! — contestó altivamente,<br />

mientras mordía un muslo <strong>de</strong> pavo —. Pero ya que tú me lo aseguras<br />

— echó el hueso <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa —, estoy dispuesto a creer. — Se<br />

limpió la boca con el revés <strong>de</strong> la mano y se quedó contemplándola —:<br />

¡Por Hécate, tienes unos bonitos hombros, Herodías! —dijo,<br />

acariciando al mismo tiempo a una <strong>de</strong> las bailarinas.<br />

Luego se inclinó sobre la mesa y comenzó a <strong>de</strong>cirle algo en voz<br />

baja, pero ya no pu<strong>de</strong> oírlo. Sólo me llegó una palabra que se le había<br />

escurrido como un siclo <strong>de</strong> una bolsa agujereada: «corbán». ¿Qué es<br />

lo que él pue<strong>de</strong> querer <strong>de</strong>l tesoro <strong>de</strong>l Templo? La mujer le escuchaba<br />

sonriendo.<br />

— Es verdad, noble procurador — asintió al fin — realmente hay<br />

allí <strong>de</strong>masiados tesoros... — Tomó una copa y la acercó a la <strong>de</strong><br />

Pilatos volviendo a sonreírle —: ¿Bebemos? — dijo —. De lo otro me<br />

ocuparé yo personalmente, pier<strong>de</strong> cuidado.<br />

132

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!