08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que hemos escondido el cuerpo? Pues te doy mi palabra <strong>de</strong> honrado<br />

comerciante e israelita que ni yo ni Nico<strong>de</strong>mo tenemos nada que ver<br />

con todo esto.<br />

Jonatán <strong>de</strong>jó a un lado la amabilidad que había mostrado hasta<br />

entonces.<br />

— ¡Sólo vosotros habéis podido hacerlo! — exclamó, airado—.<br />

¡Esta chusma galilea nunca se hubiera atrevido a hacer una cosa así!<br />

—Pero, a pesar <strong>de</strong> esto, no hemos sido nosotros.<br />

— ¿Vas a <strong>de</strong>cirme que lo ha hecho Pilatos para su Claudia?<br />

—Pues, ¿qué ha sido <strong>de</strong>l cuerpo? No se ha evaporado, supongo<br />

yo...<br />

—Jonatán... José se levantó, acercose al nasi, apoyó una mano<br />

en el respaldo <strong>de</strong> la silla <strong>de</strong>l otro y se inclinó sobre él —, la misma<br />

pregunta nos estamos haciendo Nico<strong>de</strong>mo y yo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el amanecer. Y<br />

no hemos sabido encontrar la respuesta. O, mejor dicho, tenemos sólo<br />

una...<br />

— ¡Oh! — Jonatán volvió a reír, pero su risa recordaba el chirriar<br />

<strong>de</strong> una sierra sobre un tronco duro —. ¡Ja, ja, ja...! José, tú no eres<br />

doctor ni fariseo, sino un comerciante sensato. Dejemos que<br />

Nico<strong>de</strong>mo crea en ello... ¡Pero tú y yo sabemos que es una san<strong>de</strong>z! —<br />

Acercó su cara a la <strong>de</strong> José y cerró las mandíbulas con tanta fuerza<br />

que viese sobre sus mejillas el movimiento <strong>de</strong> los músculos. Con voz<br />

ronca continuó — Es una san<strong>de</strong>z, pero <strong>de</strong> la que no sabemos quién<br />

querrá aprovecharse... Sólo una cosa es segura que el Templo y la fe<br />

sufrirán las consecuencias <strong>de</strong> esto. Vuelvo a repetirte que más vale<br />

león muerto que perro vivo... Pero un resucitado... ¡Basta! ¡Hay que<br />

volver a correr la piedra sobre este «espíritu»!<br />

—Si es él mismo el que ha quitado la piedra — dijo <strong>de</strong>spacio José<br />

—, no se le podrá cubrir con ella por segunda vez...<br />

— ¡No la ha quitado solo! Vosotros le habéis enterrado, pero sé<br />

que antes un soldado le atravesó el corazón. Ellos saben dar en el<br />

punto preciso. Un hombre al que han clavado una lanza romana en el<br />

costado es seguro que está muerto.<br />

— ¡Es seguro que estaba muerto! — asintió José.<br />

—De modo que no fue él quien apartó la piedra. Vosotros le<br />

habéis puesto en el sepulcro y luego vosotros mismos le habéis<br />

sacado <strong>de</strong> él.<br />

368

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!