08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ostro apareció <strong>de</strong> nuevo una expresión <strong>de</strong> lucha interna, dolor y<br />

<strong>de</strong>sánimo. « ¡Es un hombre débil! », pensé un momento. Des<strong>de</strong> hace<br />

tres años este pensamiento vuelve a mí sin cesar. Y pensar que yo<br />

había estado a punto <strong>de</strong> creer una serie <strong>de</strong> cosas...<br />

Era ya negra noche cuando <strong>de</strong>cidí marcharme. Marta fue a sacar<br />

un asno <strong>de</strong>l establo. Me levanté y me acerqué al Maestro. Parecía<br />

dormir con el rostro escondido entre las manos. Pero lo alzó al oír mis<br />

pasos y entonces vi que tenía las mejillas mojadas por las lágrimas.<br />

Debía <strong>de</strong> hacer rato que lloraba así, sin un sollozo siquiera. Sólo le<br />

temblaban los labios y la barba.<br />

—Que el Eterno sea contigo, rabí — dije.<br />

— ¿Ya te vas? — preguntó.<br />

—Me marcho. Es tar<strong>de</strong>. Pronto cantará el primer gallo.<br />

—Sí —susurró como para sí mismo —, es tar<strong>de</strong>... Y el gallo... —<br />

Suspiró —. Querría que pasara pronto y que durase in<strong>de</strong>finidamente<br />

— confesó —. Noche inolvidable... — Se me clavó en la memoria esto<br />

que dijo: «inolvidable». — Recuerda — me dijo, sacudiendo sus<br />

propios pensamientos — que espero tus preocupaciones. La paz sea<br />

contigo, criatura...<br />

Este hombre, más joven que yo, hablaba como un viejo, como el<br />

padre <strong>de</strong> la nación... Alargó el brazo y me pasó la mano por el rostro.<br />

Tenía los <strong>de</strong>dos calientes y suaves. Nunca he sentido un contacto tan<br />

emocionante. Ni siquiera cuando Rut, al ver mi <strong>de</strong>sesperación por<br />

causa <strong>de</strong> sus sufrimientos, me acariciaba la cara con sus manos para<br />

consolarme.<br />

Delante <strong>de</strong> la casa estaba Marta sujetando mi asno y alguien más<br />

a su lado. Por el cielo pasaban unas gran<strong>de</strong>s nubes <strong>de</strong>nsas que<br />

cubrían casi constantemente la claridad <strong>de</strong> la luna. Pero en este<br />

instante había logrado huir <strong>de</strong> ellas y aparecía en lo alto su claro disco<br />

luminoso. Las sombras <strong>de</strong> las personas parecían <strong>de</strong>rretirse sobre el<br />

camino, brillante como un río <strong>de</strong> metal líquido. En la persona que<br />

estaba junto a Marta reconocí a Judas.<br />

—¿Me permites, rabí — preguntó —, que vaya contigo hasta la<br />

ciudad? Tengo que hacer allí unas compras antes <strong>de</strong>l amanecer...<br />

—Ven — contesté.<br />

Incluso me alegré, pues su presencia me libraría <strong>de</strong> la lucha con<br />

mis propios pensamientos. Monté en el asno, dije a Marta «El Señor<br />

sea contigo», y tomé el camino que me había conducido hasta la casa<br />

283

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!