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Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

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ofensa infligida a Aretas, que goza <strong>de</strong> una gran popularidad entre los<br />

idumeos.<br />

Llegó para la ceremonia el esperado Julio Poncio Pilatos. Fue la<br />

primera vez que pu<strong>de</strong> verle <strong>de</strong> cerca y hablar con él. Últimamente no<br />

se le ve casi nunca en Jerusalén. A primera vista me dio la impresión<br />

<strong>de</strong> ser uno <strong>de</strong> estos hombres que contemplan el mundo con filosófica<br />

indiferencia. Pero esta impresión cambió en cuanto empezó a hablar.<br />

Entonces vi que tenía ante mí a un soldado sin educación ni cultura.<br />

Cada a<strong>de</strong>mán suyo <strong>de</strong>lataba su baja condición. Cuentan <strong>de</strong> él una<br />

historia curiosa parece ser que es hijo <strong>de</strong> un jefe galo. De niño le<br />

mandaron a Roma como rehén. Entonces se llamaba Vinix. Allí se<br />

ocupó <strong>de</strong> él alguien <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los Claudios y le latinizaron hasta<br />

tal punto que Vinix nunca más quiso volver junto a los suyos. Se<br />

cambió el nombre, ingresó en el ejército, le hicieron tribuno y se<br />

distinguió en varias guerras. Luego se casó con Procla, hija <strong>de</strong>l<br />

senador Marco Metelo Claudio, mujer ya un poco pasada, pero<br />

emparentada, como lo indica su apellido, con la familia <strong>de</strong>l César.<br />

Alguien me ha dicho que en aquella época Pilatos distaba mucho <strong>de</strong><br />

llevar una vida ejemplar, pero tenía sueños <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za. En Roma<br />

cada tribuno se imagina que llegará a emperador. Seguramente por<br />

esto se casó con una mujer fea y entrada en años, pero perteneciente<br />

a una antigua familia patricia. Sin embargo, no consiguió mucho con<br />

ello: cierto día el Emperador le nombró procurador <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a. Hará <strong>de</strong><br />

esto seis años. Los romanos consi<strong>de</strong>ran este puesto como una<br />

especie <strong>de</strong> <strong>de</strong>stierro: Valerio Grato solía <strong>de</strong>cir que las minas <strong>de</strong> cobre<br />

en Chipre y el gobierno <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a son lo mismo en este sentido. En<br />

compensación, permitió que Pilatos, violando con ello el <strong>de</strong>recho<br />

romano, se llevase a su mujer (que así ha escapado a la suerte que<br />

ha corrido últimamente toda la familia <strong>de</strong> los Claudios Metelas).<br />

Apenas <strong>de</strong>sembarcó en Cesarea, Pilatos quiso mostrarnos lo que es<br />

gobernar con mano dura. Quizá pensaba que así llamaría la atención<br />

<strong>de</strong>l César y lograría que le diera un <strong>de</strong>stino mejor. Habrás oído hablar<br />

<strong>de</strong> aquellas insignias militares que hizo entrar en Jerusalén <strong>de</strong> noche y<br />

<strong>de</strong> aquellas tablillas votivas que mandó colgar en los muros <strong>de</strong> la torre<br />

Antonia. Pero en los dos casos el procurador perdió la partida. Tuvo<br />

que ce<strong>de</strong>r ante la intransigente oposición <strong>de</strong> todos. Esto le estropeó el<br />

humor para varios años. Dejó como jefe <strong>de</strong> la guarnición <strong>de</strong> la Antonia<br />

a Sarcusio, su tribuno <strong>de</strong> confianza, y él mismo se encerró en<br />

Cesarea. Viene a la ciudad muy <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, durante las fiestas<br />

más señaladas, y su llegada siempre es presagio <strong>de</strong> algún suceso<br />

sangriento. Hace un año, durante las fiestas <strong>de</strong> la siega, or<strong>de</strong>nó que<br />

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