08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Templo atravesando unas calles atestadas <strong>de</strong> geste. Los gritos que<br />

llegaban <strong>de</strong> más allá <strong>de</strong> los muros, por el lado <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Cedrón, no<br />

llamaron siquiera mi atención. La ciudad, en vigilia <strong>de</strong> fiestas, siempre<br />

está llena <strong>de</strong> gritos, cantos, ruidos, disputas y regateos en voz alta.<br />

Algunas peregrinaciones entran en Jerusalén cantando y<br />

acompañándose con kinnors. Yo iba pensativo y no me daba cuenta<br />

<strong>de</strong> que algo extraordinario estaba ocurriendo. De pronto, alguien a mi<br />

lado gritó mi nombre; era una voz conocida que al mismo tiempo<br />

sonaba <strong>de</strong> un modo extraño. Al levantar la cabeza me encontré con<br />

los rabinos Joel y Jonatán, hijo <strong>de</strong> Azziel. No sólo las voces <strong>de</strong> los dos<br />

gran<strong>de</strong>s doctores me parecieron extrañas; su aspecto aún lo era más.<br />

En este momento no eran dos ilustres soferim que cruzan la ciudad<br />

sumidos en sus meditaciones, ajenos a toda aquella turba vociferante.<br />

Tenía ante mí a dos personas excitadas que agitaban los brazos con<br />

violencia. Me asaltaron por ambos lados.<br />

—¡Rabí Nico<strong>de</strong>mo! ¿Qué intenta hacer él ahora? Tú <strong>de</strong>bes<br />

saberlo... ¿Qué quiere?<br />

— ¿Quién? ¿Quién, respetables?<br />

No sabía a quién se referían.<br />

— ¡Pues, él! ¡Este... profeta vuestro! — balbució el rabí local Joel.<br />

En sus palabras, más que <strong>de</strong>sprecio, había ahora temor, sólo temor.<br />

—No sé nada... No está aquí — contesté sin gran convicción,<br />

sorprendido por sus palabras.<br />

—¿Cómo que no está? ¿Cómo que no? —exclamaron al mismo<br />

tiempo —. Precisamente se está acercando ahora al frente <strong>de</strong> miles<br />

<strong>de</strong> personas. Todos los amhaares se han unido a él. Toda la gente...<br />

¿Qué preten<strong>de</strong>, Nico<strong>de</strong>mo? Tú estás en buenas relaciones con él...<br />

¿Crees que or<strong>de</strong>nará matar? — preguntó el rabí Joel con un hilo <strong>de</strong><br />

voz —. ¿Verdad que es bueno?...<br />

—¿Viene aquí?<br />

—¿No lo oyes! ¡Mira!<br />

Me cogieron <strong>de</strong> las manos y me condujeron bajo el pórtico. Entre<br />

el bosque <strong>de</strong> columnas vi, efectivamente, una enorme multitud que<br />

bajaba por el camino <strong>de</strong>l monte <strong>de</strong> los Olivos hacia el <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l<br />

Cedrón.<br />

— ¡Mira! — gritaba Joel ¡Todos se han ido con él! ¡Toda<br />

Jerusalén! ¡Muchos <strong>de</strong> nuestros haberim! Vienen agitando ramas y<br />

poniendo sus mantos bajo las patas <strong>de</strong>l asno en que va montado...<br />

265

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!