08.05.2013 Views

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

Dobraczynski. Cartas de Nicodemo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

encuentro para lo ocurrido ninguna otra explicación. Por esto<br />

pregunto: ¿y si hubiera resucitado realmente? ¿Es posible su<br />

resurrección? ¿Será realmente posible?<br />

—Él — exclamó Juan — <strong>de</strong>cía que resucitaría <strong>de</strong> entre los<br />

muertos. ¡Lo dijo muchas veces! ¡Ahora lo recuerdo!<br />

— ¿Y tú qué dices a esto? — me pregunto José. —Como fariseo<br />

creo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, en la resurrección. Pero creo que esto ocurrirá en<br />

un tiempo futuro, en el momento en que ocurran ciertos cambios que<br />

nos ayu<strong>de</strong>n a creer... Creo en la resurrección, pero no que se realice<br />

en un mundo como el que nos ro<strong>de</strong>a.<br />

— En el fondo — movió los hombros —, razonamos igual. Y tú —<br />

preguntó a Juan —, ¿crees?<br />

El <strong>de</strong>licado rostro <strong>de</strong>l discípulo, tan diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> los muchachos<br />

<strong>de</strong> su edad, cubierto <strong>de</strong> granos, siempre sudoroso, con un constante<br />

aire burlón, ardió <strong>de</strong> pronto. Él lo creía; yo estaba convencido <strong>de</strong> ello<br />

aun antes <strong>de</strong> que lo dijera. Declaró en voz alta:<br />

—Sí, ilustre. Él ha resucitado.<br />

José, ceñudo, alzó los brazos y los <strong>de</strong>jó caer. Levantose y cruzó<br />

varias veces la habitación. Volvió a sentarse, e iba a <strong>de</strong>cir algo cuando<br />

entró un criado anunciando que acababa <strong>de</strong> llegar Jonatán, hijo <strong>de</strong><br />

Ananías.<br />

— ¿Jonatán? — exclamé, asombrado.<br />

— ¡Vaya, vaya! —José movió la cabeza —. No siento menos<br />

curiosidad que tú por saber a qué ha venido. Juan — dijo al hijo <strong>de</strong><br />

Zebe<strong>de</strong>o —, tú márchate. Que no te encuentre aquí. Más vale que no<br />

te vea. Vuelve junto a los tuyos, pero avísame en cuanto haya alguna<br />

novedad.<br />

Salí a la puerta para recibir al inesperado visitante. Jonatán venía<br />

en una magnífica silla <strong>de</strong> manos. ¡Estos saduceos imitan en todo a los<br />

griegos y romanos! Le hice pasar a la sala.<br />

— ¡Oh!, ¿José también está aquí? — exclamó al ver a mi amigo.<br />

El nasi estaba tan cordial como si el día anterior no hubiera pasado<br />

nada entre nosotros —. Me alegro <strong>de</strong> veros a los dos a la vez. — Se<br />

sentó y, con una sonrisa ligeramente provocativa, permitió que le<br />

echaran agua para las manos —. Veo que siempre sigues fiel a las<br />

prescripciones —se rió —. Bueno, Nico<strong>de</strong>mo — dijo, frotándose las<br />

manos —, ¡vaya jugarreta que nos has hecho a todos!<br />

365

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!