La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

algunos están más cerca del Cielo que otros. Y, sí, muchos intentan parecer dioses. Pero qué patética
resulta la visión de un dios sentado en el retrete.
Un ruego: ya que nos vemos obligados vez que otra a una cura de humildad tan amarga
como la descrita en este breve tratado, sin entrar más en detalles, que la misma se sustancie en el
entorno más higiénico y limpio posible. Es el único consuelo al que aún podemos recurrir como
seres humanos, y salvar algo de nuestra dignidad.
Por favor, mantengamos limpios los baños públicos.
Gracias.
P.D.: Hace pocos días estuve en Tenerife, me acerqué con la familia a un parque muy famoso;
cuando fui al baño me llevé una de las sorpresas más gratas de mi vida. Se trataba de un baño
ecológico, por lo visto en las vasijas y en los urinarios cultivan una especie de gérmenes benignos
que ayudan a mantener la higiene y el frescor del habitáculo, y además hacen que el mantenimiento
pueda efectuarse con un mínimo consumo de agua. El baño, perfumado y limpio como una patena,
en sí mismo está situado encima de un estanque encantador, donde un tipo de vegetación que crece
en la superficie del agua (no recuerdo el nombre) se encarga de purificar de forma natural los
residuos que allí vamos vertiendo. Lo urinarios, además, cuentan con una ventana abierta sobre el
estanque. La vista es muy relajante y hermosa.
Mientras evacuaba allí placenteramente mi exceso de líquido, me sentí reconfortado y una
vez más fui capaz de reafirmarme en una convicción que llevo anclada como uno de mis principios
más irrenunciables, pero que a veces la brutal realidad que nos rodea hace tambalearse:
Otro mundo sí es posible.
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