La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

F.: No, sí... Digo, sí. Lo que no acabo de entender es dónde encajo yo en todo esto, es un
misterio que no...
M.: A eso iba. Se lo explico sencilla y llanamente: en este mundo existen dos tipos de
personas: los listos y los gilipollas. Los listos ganan y los gilipollas pierden. Se trata de una lógica
elemental, ¿no cree? Ahora bien, para ganar los listos necesitan conocer lo mejor posible a los
gilipollas... De forma que quiero conocerle mejor.
F.: ¿Porque soy gilipollas?
M.: No quería ser tan directo... Pero bueno, fíjese en su anuncio: es inocente, conmovedor...
¡Casi me echo a llorar! ¿Qué le sugiere eso?
F.: No sé, ¿sugiere algo?
M.: ¡Es el queso que atrae a las ratas!
F.: A las ratas ¿se refiere a usted?
M.: ¿Pero será...? Quiero decir, ¡a las personas emprendedoras e inteligentes como yo!
F.: Yo sólo pretendía encontrar un empleo...
M.: ¿Lo ve? ¡A eso me refiero! Es usted el típico pasmado. El típico que se levanta por las
mañanas y no sabe donde está. “¿Quién soy?” “¿Qué estoy haciendo en este mundo?” “¿Soy
maravilloso o un gusano?” ¡Es perfecto!
cuenta?
F.: Sigo sin entender nada de lo que intenta decirme, y mire que lo intento...
M.: ¡Claro que no! Acabo de decírselo: ¡es usted un pasmado! ¡Vive el Cielo! ¿Se da
F.: ¡Por Dios! ¿Darme cuenta de qué?
M.: ¡De lo valioso que es usted!
F.: ¡Pero si lleva todo el rato poniéndome por los suelos!
M.: ¡No me lo puedo creer! ¡Es usted un pasmado de verdad! “No rompo un plato, cruzo
siempre por el paso de peatones, no fumo, no bebo, no digo palabrotas... soy un niño
requetebueno.” ¡Entonces entro yo!
F.: Pero ¿quiere explicarme...?
M.: ¡Es usted un débil!
F.: ¡Pero hombre!
M.: ¡Un frustrado!
F.: ¡Misericordia!
M.: ¡Su vida es un montón de basura, una montaña de excremento!
F.: ¡No me diga esas cosas, me recuerda a mi mamá...!
M.: ¡Y se echa a llorar!
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