La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf
La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf
La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Yo: Desde luego. ¿Ha pensado en matar a alguien?<br />
Sr. E.: Pues ahora que lo dice… No es mala idea. Pero no estoy seguro de estar todavía maduro<br />
para acabar con su vida… Un momento, no estará pensando en… ¡que yo le mate para llevarse<br />
usted la fama! Eso ha sido un golpe rastrero, amigo. Hum, es usted más listo de lo que pensaba.<br />
¿Tanto le importa publicar sus escritos?<br />
Yo: Perdone, no hablaba en serio, he dado rienda suelta a mi lado jocoso. Me he dejado llevar… Me<br />
estaba divirtiendo.<br />
Sr. E.: ¿Ve lo que le digo? Se divierte usted demasiado, no sé, se le nota que la ironía se le escapa<br />
por los poros de la piel. Eso está bien para un programa barato de televisión, pero, oiga, lo que yo<br />
quiero es hablar de Literatura… Con mayúsculas, querido amigo, con mayúsculas.<br />
Yo: ¿No cree que es un error limitar el alcance de la literatura?<br />
Sr. E.: Es el típico argumento del que no tiene ni idea. Claro que si no fuera usted un burgués, un<br />
hijito de papá…<br />
Yo: ¿Y quién ha dicho que lo sea?<br />
Sr. E.: Vamos, hombre, en este país nos creemos pobres cuando no podemos comprarnos un<br />
todoterreno…<br />
Yo: Bueno, no siempre he vivido en este país. Además, he llegado a ser pobre. Pobre de verdad.<br />
Sr. E.: ¿Ah, sí? ¡Eso es fantástico! ¿Y ha llegado a pasar hambre?<br />
Yo: Alguna vez.<br />
Sr. E.: ¡Fantástico, fantástico! No se imagina cuánto le envidio.<br />
Yo: Cualquiera lo diría… Debe pesar usted más de ciento veinte kilos.<br />
Sr. E.: Ya le digo, soy un burgués miserable…<br />
Yo: Vaya, hombre, no se ponga así. No sé, mire, puede empezar por dejar de comer esas<br />
hamburguesas que he visto que guardaba en el cajón cuando entraba.<br />
Sr. E.: Son del McDonald’s… Con pepinillo y bacón. El aroma que desprenden me produce<br />
retortijones de hambre. Si no estuviera usted ahí, me metía cinco de una sentada… ¡Son deliciosas!<br />
Yo: Por mí no se corte, yo ya vengo desayunado.<br />
Sr. E.: ¿En serio? Oh, voy a sacar una enseguida. Mírela, tiene un aspecto magnífico, con el queso<br />
fundido rebosándose por los lados.<br />
Yo: ¿Pero no decía que quería pasar hambre y maltratar su cuerpo?<br />
Sr. E.: ¡Oh, sí, es verdad! Casi se me olvidaba… Coño, ¿por qué ha tenido que recordármelo?<br />
Ahora, por su culpa, voy a tener que darle las hamburguesas a otro. Dios, se me ha puesto un nudo<br />
en la garganta.<br />
Yo: Tampoco era mi intención…<br />
24