09.05.2013 Views

La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

su pretendiente en los que expresara su amor hacia él y de cómo se consumía en su espera. Esa<br />

noche lloré como nunca lo había hecho, pero finalmente cedí (por amor) y escribí los versos más<br />

tristes y desesperados que había escrito hasta entonces, con cada hoja empapada en lágrimas. Los<br />

escribí como si se los dedicara a ella, absolutamente exhausto por el sufrimiento, al límite de mi<br />

resistencia. Y lo cierto fue que dejé de comer durante varios días, de manera que mi aspecto se<br />

deterioró rápidamente, aún más de lo que ya lo había hecho (llegué a estar en los huesos); ante sus<br />

insistentes preguntas acerca de lo que me ocurría alegué que había enfermado, y como estaba<br />

seguro de que no iba a vivir mucho tiempo más, añadí que se trataba de una extraña enfermedad sin<br />

cura y que me quedaban apenas unos meses de vida (afirmación que no era del todo incierta). Ella<br />

lloró de emoción al leerlos y me dio las gracias de un modo muy emotivo, sinceramente arrepentida<br />

por haberme forzado, dijo, a escribirlos en el estado en el que me encontraba. Desgraciadamente,<br />

los poemas despertaron un encendido interés en su pretendiente y al cabo de unos meses ya estaban<br />

viviendo juntos. Sin embargo, supe que se trataba de una relación imposible; él había estado casado<br />

en dos ocasiones y tenía varios hijos de ambos matrimonios. Al final, su pasado pareció pesar<br />

demasiado en la convivencia y la relación terminó de manera violenta, con un cruce interminable de<br />

reproches. En todo ese tiempo no habíamos perdido la amistad, aunque yo había dejado de asistir a<br />

clase con regularidad pese a que seguía pagando las mensualidades. No obstante, cada vez tenía<br />

más dificultades para hacer frente a los pagos y me vi forzado a cobrar a otros alumnos por hacerles<br />

los deberes y otros trabajos. En el momento en que rompieron la relación, intenté estar a su lado<br />

todo lo que mis exiguas fuerzas y medios me permitieron; me suponía un esfuerzo devastador<br />

encontrar cada día un motivo para seguir luchando, motivo que, en última instancia, siempre<br />

resultaba ser ella. Aguanté como pude (siempre por ella), y a mi modo le ofrecí mi hombro para<br />

consolarla y ayudarle a superar el duro momento por el que atravesaba. Se había derrumbado<br />

emocionalmente y me confesó sus deseos de suicidarse. Me tocó a mí, otro que se encontraba al<br />

borde de la autodestrucción, hacerle desistir de su idea. En cierto modo, este nuevo acercamiento y<br />

el hecho de que hubiera terminado con su antiguo pretendiente volvió a hacer renacer la esperanza<br />

de conquistar su amor. Con el paso del tiempo noté que ella se sentía cada vez más receptiva hacia<br />

mí. Ahora quedábamos para merendar los sábados por la tarde, cuando ambos terminábamos<br />

nuestras respectivas jornadas laborales. Pero yo seguía caminando por la orilla del precipicio. Vivía<br />

por entonces en un país extranjero y, por algún motivo, el gobierno cambió repentinamente las leyes<br />

de extranjería. No pude renovar el contrato de trabajo ni la matrícula de la escuela. Me vi forzado a<br />

robar comida para subsistir y en poco tiempo me habían desahuciado. Ella vivía por aquel entonces<br />

de prestado en casa de unos conocidos de la familia, los cuales la habían mandado allí dado su<br />

carencia de medios (eran propietarios de unas pequeñas tierras pero la familia contaba con<br />

27

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!