La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

expedición científica de altos vuelos cuya finalidad ha de ser estudiar a fondo nuestras sociedades
en todas sus ricas y extensas manifestaciones... Una tarea ingente que de seguro requerirá una
acumulación incalculable de medios técnicos y humanos —o lo que sea, de tener ustedes algo que
ver con lo humano.
Él: ¡Qué va! Lo único que nos interesa de su civilización ahora mismo es averiguar más detalles
acerca de cómo jugar de forma correcta al fútbol. Concretamente estamos intentando asimilar el
sistema 4- 3- 3 con dos mediocampistas creativos y dos delanteros que se pegan a las bandas... y el
complejo entramado de colaboraciones que debe surgir entre unos y otros para un efectivo control
de la posesión del balón... Nos preocupa el hecho de no estar haciéndolo todo lo bien que
desearíamos; no sé si lo comprende, pero se trata de un asunto de capital importancia para nosotros.
Yo: Pero... ¿eso es todo? ¿Me quiere hacer creer que ha atravesado la mitad de la galaxia en ese
cacharro sólo para vernos jugar al fútbol? Francamente, me parece que hay cosas más importantes...
Él: ¿Más que a divertirse y pasarlo bien? Pues no sé qué cosas puedan ser esas...
Yo: ¡Por Dios!, las manifestaciones más elevadas del intelecto humano: la cultura, la ciencia, el
arte... incluso la política, ¿por qué no?
Él: Ya, ya, pero deje que le diga: nosotros también nos dedicamos a todo eso... con la diferencia de
que lo hacemos por puro divertimento.
Yo: Vamos, hombre, ¡no fastidie!
Él: Nuestra máxima es disfrutar siempre con lo que hacemos. Ahora bien, no deja de ser cierto que
de vez en cuando nos dedicamos a la política tal y como ustedes la entienden...
Yo: ¿Ah, sí?
Él: Desde luego, lo llamamos “jugar a la política”, tiene mucho éxito como pasatiempo en nuestras
fiestas. El juego consiste en juntarnos en dos o tres bandos —borrachos como cubas, como es
evidente— y en decirnos unos a otros exactamente las mismas cosas dando la impresión de que
manifestamos justamente lo contrario. Cargamos el lenguaje de ambigüedad, introducimos miles de
matices absurdos y al final abogamos por un discurso que asumimos como propio y radicalmente
diferenciado del de los demás, por mucho que sea la misma bazofia. ¡Nos partimos de la risa!
Yo: ¡Nunca había oído una definición de la política que se ajustara tanto a la realidad!
Él: Otras veces, sin embargo, organizamos concursos para ver quién es capaz de realizar el invento
más rentable dentro de un hipotético mercado de consumidores dementes —se trata de uno de
nuestros juegos más populares. En los últimos años se ha otorgado el primer premio a inventos
como: una gallina transgénica que caga huevos fritos; una píldora contra la estupidez, a base de
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