La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

he hecho dudar, le he convencido de algo que usted no estaba dispuesto a considerar, ¿entiende? Las
personas que poseemos esa habilidad tenemos el mundo a nuestros pies.
F.: Pues cualquiera lo diría a juzgar por lo que se ve en esta oficina. ¡Menudo antro!
M.: ¿Sabe?, se deja llevar demasiado por las apariencias.
F.: ¿En serio?
M.: Oh, sí. Yo, por ejemplo, tengo entre manos algo que me hará inmensamente rico.
F.: Vaya, me deja intrigado... No obstante... sigo sin entender qué quiere de mí, en el caso de
que quiera algo, porque no estoy seguro de que...
M.: Algo tan sencillo como esto: quiero que venga todos los días a charlar conmigo.
F.: ¿Cómo, a charlar?
M.: ¡No me ponga esa cara! Se trata de algo muy simple: usted viene aquí y charla conmigo.
F.: ¿Y qué es lo que yo gano con eso, si se pude saber?
M.: ¡Mucho! Le he dicho que soy un hombre de negocios...
F.: Sí, ya me lo ha dicho.
M.: ¿No lo entiende? Tengo influencias, conozco a gente.
F.: Bueno, ¿y qué? Yo también.
M.: ¿Usted también? Mírese, sus amigos de cierto son unos relamidos inservibles como
usted... No se ofenda, no es mi intención...
F.: Menos mal, pero cualquiera lo diría... Quiero decir que... me está ofendiendo, una
pizquita, si le soy sincero... Bueno, la verdad es que, si me lo permite, me voy a limpiar con el
pañuelo un resto de colirio que me he puesto por la mañana y que me está irritando el ojo... No vaya
a pensar que son lágrimas por lo que me ha dicho... Es la sensibilidad de mi retina la que...
M.: Vamos, hombre, no se lo tome tan a pecho.
F.: Pues que sepa que tengo MUCHOS amigos.
M.: No lo pongo en duda...
F.: Y no son nada de lo que usted ha mencionado. ¡Insensible!
M.: Me lo figuro...
F.: Nos reunimos cada tarde a tomar el té mientras vemos la telenovela de la sobremesa.
M.: No me diga, tiene que ser apasionante.
F.: ¿Por qué no viene usted una tarde?
M.: Me encantaría, se lo juro por mi madre, pero mis compromisos empresariales no me lo
permiten. ¡Una lástima!
F.: Uf, parece que se me están pasando las ganas de llorar... por lo del colirio ese...
M.: No se preocupe, tranquilo, todo queda entre nosotros.
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