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La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

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pretenderá que nos quedemos sin cobrar, ¿verdad?<br />

—Justo, justo —volvió a intervenir el Ser Empresario del...—, hay que ver cómo se explica<br />

este hombre, qué capacidad de síntesis, ¡es superior...! Pero... ay, ay, mmm, ¿son capaces de<br />

entender lo mucho que nos estamos jugando? Verán, ya no podemos, mmm, conformarnos con<br />

que los ciudadanos coman cualquier cosa... Oh, no, de ningún modo... DEBEN empezar a<br />

consumir otro tipo de alimentos, mmm,... es decir, productos especialmente diseñados para<br />

personas que trabajan más de quince horas diarias... Oh, y ustedes todos se estarán<br />

preguntando qué prodigiosos productos son esos, mmm,... Pues bien, señoras y señores, ni<br />

más ni menos que NUESTROS productos, je je, mmm. Aunque... se asemejan de una manera<br />

extraordinaria al pienso que le damos a los cerdos en algunas de nuestras granjas, lo que son<br />

las casualidades, ¿eh? Aunque, mmm... nadie debe inquietarse... como es lógico seguiremos<br />

manteniendo una línea de artículos alimenticios dirigida a atender las necesidades más<br />

elevadas de personas como nosotros... Este bollito, mmm, sin ir más lejos, es un logro<br />

asombroso de la tecnología... hemos invertido millones de dólares en desarrollarlo... Lo<br />

hemos probado con algunos miserables del Hemisferio Sur, mmm, no me pregunten dónde...<br />

ah, sí, es que ahora nos salen más baratos que criar ratas de laboratorio... y, vean, llevan un<br />

año sin que les crezcan granos... es un milagro. Miren, miren, mmm, hasta se me pone la piel<br />

de gallina...<br />

—Ha dado usted en el clavo, mi querido Sr. Empresario del... —retomó el muy respetable<br />

Sr. Blankgeist—, pero me temo que no es suficiente con imaginar que todo este tinglado que<br />

nos traemos entre manos va a llegar a buen término sin apenas esfuerzo. Verá... la idea de la<br />

<strong>libertad</strong> es un sentimiento o, más que un sentimiento... un prejuicio demasiado arraigado.<br />

Removerlo de la consciencia de las personas no va a resultar tan fácil como usted se figura, si<br />

lo fuera ni siquiera me habría tomado la molestia de convocar esta reunión. <strong>La</strong> gente no debe<br />

sentirse coaccionada a abandonar su <strong>libertad</strong>... Todo lo contrario: debe sentirse dichosa,<br />

incluso deben sentir que es... ¡divertido!<br />

—¿Divertido?, mire, mire —volvió a intervenir el Sr. Empresario del Monopolio de la<br />

Alimentación—, una cosa así nunca, NUNCA, puede resultar divertida... Fíjese en mí y en mi<br />

bollito macrobiótico: intente hacer con que deje de comerlo y me pondré enfermo... ¡se lo<br />

juro! No y mil veces no: nada de divertido. Quiero que a la gente que no consuma mis<br />

productos le subamos los impuestos. Ya está. Mmm, no me canso de mi bollito, es fantástico...<br />

El muy respetable Sr. Blankgeist hizo una señal con el dedo al gorila guardaespaldas<br />

supertrajeado de la derecha. Éste se acercó discretamente y, tras recibir unas someras<br />

instrucciones al oído, salió como una ave rapaz en dirección al Sr. Empresario del<br />

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