La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf
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comprendo que su existencia está ligada a la percepción que tengo de la misma, la manzana tal<br />
y como la concebíamos hasta entonces… ¡deja de existir!<br />
Tras estas sorprendentes palabras el Sr. Rey de los Psicólogos Superventas amartilló con<br />
furia su Colt del 45. Su dedo acariciaba nerviosamente el gatillo. Un tufo inconfundible a<br />
mierda daba fe incontestable de la flojera por la que fue asaltado el pobre Sr. Premio Nobel en<br />
semejante trance. Dijo, o más bien balbuceó:<br />
—Nno, no lo haga, sse lo ssuplico... es que... es que... ccomprendan... no se trata<br />
exactamente de que la mmanzana... sse haya evaporado... je je... ssería más correcto decir q<br />
que... en nuestras manos ttenemos un objeto vacío de existencia real... eh, sí... je je... los<br />
azúcares y sales minerales que perciben nuestras glándulas gustativas no son más que simples<br />
reacciones químicas… yy estas reacciones no son más que un conjunto de corrientes<br />
electromagnéticas que se orquestan en nuestro cerebro…ppara dar como resultado… ¡uuna<br />
ilusión! Quiero decir... quiero ddecir... je je... que la manzana esa de los cojones es un objeto<br />
totalmente neutro… Ppero, si me lo permiten, nni tan siquiera eso... ccoño, ¡eeste tío me va<br />
a matar!... eh, je je... vvenga, qquite el dedo de ese gatillo...<br />
—Es que no entiendo una leche de lo que está diciendo —adujo el Sr. Rey de los...—, todo<br />
esto me sigue apestando a Comunismo. Se me va el dedo, se me va el dedo, lo juro por Dios,<br />
¡es superior a mis fuerzas!<br />
—Resista, ¡resista!, sólo tiene que entender qque... sólo hablamos de una ppotencialidad<br />
“vacía”... es decir, lla manzana, en teoría... podría ser una pera o un plátano si las condiciones<br />
interactivas entre sujeto y objeto fuesen las adecuadas…<br />
Esta vez quien saltó de su asiento como un títere fue el Sr. Magnate del Marketing Mundial,<br />
su rostro reflejaba una furia de tal magnitud que parecía al borde de la apoplejía. Dijo:<br />
—¿QUÉ? ¿Manzanas que se convierten en plátanos? Me cago en... ¿Sabe usted lo que<br />
cuesta una campaña comercial para convencer a un grupo de idiotas de que DEBEN comprar<br />
determinado producto? Pues bien, imagine que yo hago con que un cliente empeñe su culo en<br />
una estrategia comercial con el objetivo de que la gente compre manzanas... ¿Y viene usted y<br />
me dice que una puta manzana puede convertirse en un plátano o en una pera de mierda? ¡No<br />
tiene idea de las millonarias pérdidas que eso daría lugar en concepto de indemnizaciones!<br />
Cristo crucificado, a este hijoputa hay que liquidarle sin más pérdida de tiempo —abrió el<br />
maletín blindado que traía consigo y sacó de él un subfusil de asalto con un cargador de veinte<br />
balas.<br />
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