La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf
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Física.<br />
—¡Comunista, COMUNISTA! —gritó soltando espumarrajos por la boca y los ojos<br />
desorbitados.<br />
El Sr. Premio Nobel fue tomado por una turbación tan grande que se puso a temblar, rojo<br />
como un tomate maduro. Dijo:<br />
—Eh... ah... uuuh... quiero decir... uuuh... ah... eh... ¿ccomunista? Pero si esto... no tiene<br />
NADA que ver con el Comunismo... tan sólo se trata de que...<br />
—¡COMUNISTA! —volvió a vociferar el Sr. Rey de los Psicólogos Superventas. Y,<br />
dirigiéndose al muy respetable Sr. Blankgeist: —Deberíamos matarlo, en plaza pública y en<br />
silencio...<br />
A lo que repuso el banquero, encarando con malevolencia al científico:<br />
—No intente engañarnos: ¿es usted comunista? Porque como eso sea verdad... ay, ay, ay,<br />
¡COMO ESO SEA VERDAD...!<br />
—Qqué va —respondió aquél sudando como un pollo asado—, ah... ah... aaah... sseñor,<br />
dese cuenta, ¿cómo puede alguien acusar a una simple ecuación de comunismo? Por Giordano<br />
Bruno, ¡es una aberración monumental!<br />
—Fácil —intervino cortante el Sr. Rey de los...—: ¡basta con que haya sido escrita por un<br />
comunista! Un momento, me lo voy a cargar aquí mismo —y desenfundó del interior de su<br />
chaqueta un Colt del 45.<br />
—¡Espere! —ordenó el muy respetable Sr. Blankgeist—. No podemos hacer tal cosa así sin<br />
más, sin darle una oportunidad para defenderse... Somos personas compasivas y<br />
misericordiosas, pese a que no hay presente ningún medio de comunicación que diera testigo<br />
del acto y pudiera hacernos pesar la conciencia cuando viéramos la foto de ese desgraciado<br />
abatido como un cerdo en San Martín...<br />
El banquero realizó un gesto con la mano indicándole al Sr. Premio Nobel de Física que<br />
tenía la palabra.<br />
—Eestá bien, sseré mmuy concreto... Aa ver, ¿qué podría yo decir para que entendieran<br />
la Mecánica Cuántica dde un modo ccorrecto y les quede claro que nno ttiene nada que ver<br />
con el... oh... Eh, sí... yo... een fin... iimaginen que me voy a comer una manzana, ¿eh? U<br />
una manzana vverde, para que no digan que si es roja... ya saben, que si es roja... y aquello<br />
del ccomunismo... Así es qque me estoy ccomiendo una manzana verde, ¿ok?... vamos, u<br />
una que no tiene ni una mota de rojo... Pues, bbueno, je je, en el mismo momento en que<br />
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