La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

—Por fortuna no estoy tan loco, quiero decir: no soy gilipollas. Pero ese acto tan terrible a
ojos de la sociedad actual, sacudirse la chistorra cuando a uno le venga en gana, era visto en la
sociedad egipcia de la Antigüedad como algo natural. Por ejemplo, el farón se la cascaba en una
ceremonia pública en la que vertía su semen sobre las aguas del Nilo y así auspiciar cosechas
abundantes. La potencia sexual del farón se relacionaba con la fertilidad de la tierra y del reino en
general, lo cual significaba que cuanto más se la cascara y follara, mejor para todos.
Hizo una pausa. Cuando comprobó que sus palabras venían acompañadas de la atención de
los alumnos, esbozó una sonrisa cínica.
—Veo que el tema del sexo y los detalles escatológicos siempre levantan expectación... Es
lo que vende. Así está la tele que da asco.
—¿Va a preguntar este tipo de cosas en los exámenes? —inquirió la Estudiante Nº3.
—No soy yo quien redacta los exámenes, sólo soy un interino de mierda. Te pueden
preguntar por eso o por el nombre del primo abuelo de Tutmosis III... Les encanta hacerte estudiar
un tocho de mil páginas para luego preguntarte la primera ocurrencia que les cruza por la cabeza.
No sé si es porque están frustrados, pero es así.
—Entonces ¿qué hacemos aquí?
—Tú no sé, a mí me pagan...
—¡Pues vaya pérdida de tiempo!
—Te doy toda la razón, querida. ¿Quieres un consejo? Si sólo estás aquí para aprobar, ve a
la playa. No hace falta siquiera que estudies mucho, desde luego no hace falta que aprendas nada de
provecho. Y tú menos que nadie...
—¿Qué quiere decir?
—Mira, guapa, con esa delantera que tienes encontrar un buen empleo después que dejes
esto no te va a suponer mayores problemas.
—Pero ¿de qué está hablando? ¡Yo soy una persona inteligente, capaz de ganarme la vida
por mis propios méritos! Pero será...
—Claro que sí, nena, ¡tus méritos son bastante grandes! Madre mía, qué par de... de...
—Lo que ocurre es que usted aún vive en la época del cromañón.
—Por desgracia la humanidad no ha avanzado tanto desde entonces... Ya me gustaría
decirte lo contrario, pero lo cierto es que lo chicos y chicas guapas (las chicas más que los chicos)
tienen un futuro laboral más prometedor que cualquier otro que sea calificado de feo. Es así de
crudo.
—Desde luego usted es el ejemplo palmario de la proporcionalidad entre el éxito y la
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