La nueva libertad y otras 9 pajas mentales-pdf

Sr. E.: Pues a eso voy: aún no me ha sucedido nada fuera de lo convencional. Mi vida es tan
mediocre como lo es para la mayoría, o quizás aún más mediocre que para la mayoría…
Yo: No le entiendo, ¿qué tiene de malo su vida?
Sr. E.: Todavía no he aprendido ni a pelar una naranja. ¿Cómo lo ve usted?
Yo: Ajá.
Sr. E.: Oiga, ¿me está vacilando?
Yo: Qué va, pero la cuestión es: ¿sabe usted escribir?
Sr. E.: Divinamente, tengo un manejo del lenguaje que se aproxima a lo sublime.
Yo: Entonces ¿cuál es el problema?
Sr. E.: Soy un burgués, un acomodado que apenas puede contar algo interesante de su propia
cosecha, ¿me entiende? No soy como Bukowski, por ejemplo, un ser inadaptado, un buscavidas
errante… O como los de la Generación Perdida, un bohemio en busca de nuevas sensaciones… O
un inconformista como Roberto Bolaño o un superviviente como Jorge Semprún… Es una tragedia.
Yo: Es decir, que desiste usted de ser escritor.
Sr. E.: ¡De ninguna manera! Ya se lo he dicho, me he convertido en un ser hermético…
Yo: Pues para ser hermético se explaya que no vea.
Sr. E.: Eso le parece, ¿eh? Pues mi mujer ya me ha pedido el divorcio.
Yo: ¿Se puso en plan críptico con ella?
Sr. E.: Así es, la tengo tan confundida que ha necesitado ayuda psiquiátrica. ¿Qué opina?
Yo: Bueno, son unas buenas credenciales para empezar, si es lo que busca…
Sr. E.: Claro que todavía no es suficiente. En estos días me ha dado por enemistarme con mi
cuerpo… ¿No cree que tener un cuerpo es una verdadera desgracia?
Yo: ¿Ah, sí?
Sr. E.: ¿Es que no se da cuenta? La materia del mundo es sucia… Me estoy aprovisionando de un
arsenal de adjetivos y metáforas degradantes e inmundos con los que enriquecer mi estilo. Por
ejemplo: “El aire viciado de este vil habitáculo de carroña existencial, como una bocanada pegajosa
e hiriente, inundaba (a usted y a mí, se entiende) de metano infecto nuestros apelmazados
pulmones”.
Yo: ¿De qué está hablando? Este despacho es un puro lujo… Esos ventanales, el aire
acondicionado, la señorita de minifalda que está en la entrada, su traje de Armani…
Sr. E.: No lo entiende… La realidad es un estado mental.
Yo: Ya, ¿y qué hay de mis escritos?
Sr. E.: ¿Qué escritos?
Yo: Pues los que le hablé al principio. Venga, no empiece de nuevo.
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