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tos de los niños menores de 3 años. En los datos obtenidos del segundo cuestionario
que contestaron los padres de este grupo de edad, se evidencia que ha
mejorado en gran medida; de hecho, el 97,6% de los padres así lo considera.
Este aspecto es muy importante, porque permite afirmar que se cumple uno de
los grandes objetivos de Ronda de libros. Por otra parte, la opinión de los padres
resulta clave para evaluar esta cuestión, difícil de calibrar a través de la observación
(que requeriría observar cada pareja adulto-niño de forma individualizada
a lo largo del tiempo).
Fig. 18. Variación del tiempo de atención al cuento
No 2%
Sí 98%
Descubriendo materiales
El descubrimiento de materiales por parte de los niños se valora muy positivamente,
aunque en Prelectores la calificación es algo más baja. En los grupos
de discusión de Ronda una madre comentó: Y él, pues sí, le ha servido para descubrir
muchos cuentos.
En la respuesta abierta “Otros”, en Ronda se resalta: Lo que he aprendido
acerca de la literatura infantil y lo que he disfrutado descubriéndolo. En
Prelectores hacen afirmaciones como: Trabajan los cuentos desde diferentes
ángulos, lo cual resulta muy atractivo. Otros dicen que la forma de trabajar desarrolla
mucho la fantasía y la creatividad. Un padre comenta: El niño se atreve
incluso a inventar cuentos.
La visión sobre el sentido formativo del programa basada en estas opiniones
encuentra un complemento muy interesante en las valoraciones realizadas por
los padres de la primera promoción de Ronda de libros y por los propios niños
participantes en ella, que después de los 6, 7 u 8 años transcurridos, tienen ya
una cierta perspectiva.
A través de un cuestionario se les formularon preguntas sobre estos temas,
relativas al grado en que consideran lectores a sus hijos y a ciertas características
de sus prácticas como lectores. El 91,7% (sumando “Bastante” y “Mucho”)
estima que sus hijos son lectores, y sólo se contesta escasamente a la categoría
“Poco” lector. Este juicio coincide con el emitido por los niños en las entrevistas,
en las que se autocalifican en un porcentaje muy alto como bastante o muy
lectores.