Descargue el PDF - Museo Nacional
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eran huesos de diferentes partes d<strong>el</strong> cuerpo, procedían directamente de altares y retablos.<br />
Buena parte de <strong>el</strong>las se encuentra en la iglesia San Ignacio, que tiene una de las mayores<br />
lipsanotecas d<strong>el</strong> país, alrededor de 140 r<strong>el</strong>iquias; los jesuitas prestaron generosamente estos<br />
objetos que, repito, siguen siendo objetos de culto.<br />
Este ejemplo de la procedencia de un objeto que se exhibe en una exposición<br />
temporal habla muy bien d<strong>el</strong> diálogo entre <strong>el</strong> objeto en sí mismo, su sacralización y su<br />
procedencia para quien entra a una sala de exhibición. Incluso puedo mencionar una<br />
anécdota que rev<strong>el</strong>a estas confusas fronteras: los guías d<strong>el</strong> Banco de la República contaban<br />
que durante la visita de la exposición, muchas personas se arrodillaban frente a las r<strong>el</strong>iquias<br />
o se echaban bendiciones. La anécdota plantea la r<strong>el</strong>ación a esa frontera entre lo sagrado y<br />
lo profano: <strong>el</strong> lugar de exhibición no desacraliza necesariamente <strong>el</strong> objeto, lo desacraliza la<br />
mirada d<strong>el</strong> sujeto.<br />
Ahora, para problematizar algunos casos de continuidades entre lo sagrado y lo<br />
profano, que atraviesa <strong>el</strong> objeto colonial y su propuesta d<strong>el</strong> cuerpo con la experiencia<br />
contemporánea, quiero desarrollar rápidamente los cuatro temas que atraviesan la<br />
exposición y que ya he mencionado. El primero es la sacralización d<strong>el</strong> cuerpo oculto;<br />
<strong>el</strong> segundo, la sacralidad d<strong>el</strong> cuerpo expuesto y su r<strong>el</strong>ación con la violencia, un tema<br />
muy fuerte que tratamos de desarrollar en la propuesta curatorial; <strong>el</strong> tercero, <strong>el</strong> cuerpo<br />
fragmentado; y por último, <strong>el</strong> culto a la muerte. Son cuatro grandes líneas, que no sólo<br />
obedecen a las distribuciones d<strong>el</strong> guión museográfico, sino las cuatro líneas que inspiraron<br />
la propuesta.<br />
Con <strong>el</strong> cuerpo oculto, quisimos trabajar la simbolización de aqu<strong>el</strong>lo que “no se<br />
ve”, principalmente <strong>el</strong> hueso, la sangre, <strong>el</strong> corazón. En r<strong>el</strong>ación al primer tema hay una<br />
perspectiva interesante y es la forma como se van a entronizar, a sacralizar, no solamente<br />
los r<strong>el</strong>icarios coloniales, sino también huesos de conquistadores, de próceres de la patria,<br />
que circularon en r<strong>el</strong>icarios y que también quisimos que entraran en diálogo. Objetos, por<br />
ejemplo, que están en este <strong>Museo</strong> <strong>Nacional</strong>, son r<strong>el</strong>icarios que contienen cab<strong>el</strong>lo de Sucre,<br />
Páez y Simón Bolívar, o <strong>el</strong> busto de cera de Neira que tiene cab<strong>el</strong>lo d<strong>el</strong> prócer. Esto es<br />
precisamente lo que mencionaba hace un momento, cómo se toma una tradición de origen<br />
colonial, la sacralización de la r<strong>el</strong>iquia d<strong>el</strong> santo, para ponerla en función de la sacralización<br />
d<strong>el</strong> héroe de la patria.<br />
Con respecto a este tema de la sacralización d<strong>el</strong> cuerpo oculto, quisimos tomar<br />
temas esenciales. El primero de <strong>el</strong>los, fundamental en la conformación de la identidad<br />
de Colombia, es <strong>el</strong> culto al Sagrado Corazón, tema que iconográficamente aparece<br />
y se desarrolla durante <strong>el</strong> siglo XIX. De hecho, <strong>el</strong> proceso tiene su colofón final con la<br />
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De lo sagrado barroco a lo profano contemporáneo . Jaime Humberto Borja Gómez