Descargue el PDF - Museo Nacional
Descargue el PDF - Museo Nacional
Descargue el PDF - Museo Nacional
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
él, esto era la imaginación y la puesta en escena de una deposición de la cruz. Los ton<strong>el</strong>es<br />
están abiertos en la parte superior. En cada uno había aproximadamente 700 anteojos usados.<br />
Estos, puestos cuidadosamente hacia arriba, cent<strong>el</strong>leaban a través de sus vidrios, porque<br />
reflejaban la luz y así –paradójicamente– atraían la luz hacia la oscuridad de su oxidada<br />
profundidad. Toda mirada lo descubre, todo movimiento lo vivifica. Para él, detrás de los<br />
anteojos están las personas que se los quitaron, detrás de la luz brilla un significado, que le<br />
es otorgado a esta inusitada cruz en este lugar. No necesariamente queda claro desde un<br />
principio, pero se forma en <strong>el</strong> cuestionamiento cuando esta se refleja en los cuarzos de las<br />
cicatrices de las cruces históricas. Pero la instalación misma lleva la pregunta más allá.<br />
La comunidad debía sentarse para la eucaristía en esta cruz. No solamente recordaba<br />
en la santa misa su creencia al acaecimiento de la cruz, sino también la representaba.<br />
Las sillas se ponían cada vez junto a la instalación. En este rectángulo con su cruz de<br />
ton<strong>el</strong>es, <strong>el</strong> f<strong>el</strong>igrés debía ir a buscar su puesto: a la cabeza, junto al corazón, las rodillas,<br />
a los pies. La cruz ya no era un objeto de la imaginación, sino mutaba en un lugar, cada<br />
uno de los puestos era igual a una inclusión, su posicionamiento a una toma de criterio<br />
(postura). El signo básico de la fe transformó su carácter objetivo en subjetivo. El crucificado<br />
vivía, descendido, bajo la influencia de la cruz r<strong>el</strong>umbrante, entre todos los suyos. Esta<br />
instalación, que trazaba en la comunidad la cruz, era una nueva imagen, llena de sorpresa y<br />
energía. La imagen se descubría a sí misma y despertaba en <strong>el</strong> observador una experiencia<br />
profunda, una nueva vida. Esta cruz no solo fue fértil en cuanto a la experiencia vivida,<br />
sino también literalmente. Los anteojos provenían de una iniciativa dedicada a recogerlos<br />
para las clínicas oftalmológicas de lugares deprimidos en África. A los 30.000 anteojos<br />
en <strong>el</strong> comienzo de la exposición se sumaron, para <strong>el</strong> final, 10.000 más. Aqu<strong>el</strong> que llegaba<br />
a la misa traía consigo sus anteojos usados. Tanto en <strong>el</strong> arte como en la fe, se trata de<br />
movimiento. Ambos buscan su camino a través d<strong>el</strong> tiempo, para así replantear nuevas<br />
posibilidades y realizarlas.<br />
BARBARA KRUGER<br />
Cuatro preguntas, escritas en letras grandes y una foto sobre <strong>el</strong> piso de la iglesia hicieron lo<br />
suyo para dev<strong>el</strong>ar una tensión en <strong>el</strong> espacio y <strong>el</strong> tiempo al comienzo de la guerra d<strong>el</strong> Irak:<br />
¿Quién saluda durante más tiempo<br />
¿Quién reza de la manera más ruidosa<br />
¿Quién muere primero<br />
¿Quién se ríe de últimas (Danch y Scheibler, 2003)<br />
¿Quién saluda durante más tiempo ¿Qué tanto tiempo aguanta un régimen<br />
[56]<br />
Espacio sagrado-espacio museal . Friedh<strong>el</strong>m Mennekes