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Descargue el PDF - Museo Nacional

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Teniendo en cuenta todas las diferencias posibles, hay algo que une al arte y a la r<strong>el</strong>igión<br />

más allá de cualquier limitación en lo propio: la pregunta d<strong>el</strong> hombre por sí mismo y por<br />

una orientación de su vida. Mientras que esta, hasta la Baja Edad Media, estaba inmersa en<br />

una sociedad, que con su ordo 2 había asentado también las orientaciones dogmáticas y las<br />

imágenes fijadas iconográficamente, esta disposición estática de los sentidos se encaminó<br />

más tarde hacia una transmisión moderna y dinámica de los sentidos, que es independiente<br />

de cualquier condición previa.<br />

Todas las r<strong>el</strong>igiones históricas han intentado darle a lo sagrado una figura aprehensible,<br />

una forma y figura, que a su vez le confería a lo intangible un nombre y una cara. Así se<br />

convirtió –aún atado al secreto– comprensible en su “ser” y ejecutable en su “acción”. Pero<br />

la historia y <strong>el</strong> cambio social transformaron las instituciones que se ocupaban de esto. Como<br />

consecuencia, también cambiaron la idea y <strong>el</strong> concepto de lo sacro. Ambas cosas pierden<br />

en la Modernidad contorno e inequivocabilidad, que de alguna manera se vu<strong>el</strong>ve difuso.<br />

El proceso de esta difusión de lo sagrado se lleva a cabo en cuanto a su contenido en las<br />

siguientes tres direcciones: como pluralización, como profanación y como sacralización de<br />

lo profano. Pero a continuación, hay que poner especial atención sobre un aspecto de estos<br />

procesos sociales: la desarticulación d<strong>el</strong> contexto d<strong>el</strong> arte y de la imagen en los espacios<br />

sagrado y museal.<br />

El espacio sacro es por sí mismo distinto al espacio acostumbrado (Mennekes, 2003:16-<br />

28.). Definitivamente se ha apartado d<strong>el</strong> uso cotidiano. Transmite al hombre una sensación<br />

d<strong>el</strong> yo y de su cosmos sagrado, y luego su certeza firme e identificadora. Esta es la fuerza<br />

duradera d<strong>el</strong> espacio sagrado. Sin embargo, hoy en día, un espacio sacro abarcado de esta<br />

manera no es entendido, por muchas personas que están en una búsqueda, como un lugar<br />

de respuestas, sino más bien como un espacio lleno de energías, que está para la búsqueda<br />

y para las preguntas. Este debe darle al hombre la fuerza de despertar a sí mismo y a su fe,<br />

de manera aprensiva e interrogadora, escéptica y expectante. De esta manera, las certezas<br />

anteriores e interiores pueden ser percibidas nuevamente o ser construidas de nuevo de<br />

manera independiente. El arte y las instituciones sostienen progresivamente un rol muy<br />

fuerte para muchas personas al igual que para los círculos r<strong>el</strong>igiosos.<br />

El espacio museal produce <strong>el</strong> concepto y <strong>el</strong> objeto d<strong>el</strong> arte. En <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> contexto<br />

de la Reforma, la Ilustración, la secularización y la revolución burguesa, se creó <strong>el</strong> espacio<br />

contextual d<strong>el</strong> arte como un espacio libre y protegido, y se lo sustrajo de la influencia de<br />

la r<strong>el</strong>igión, de la política y de la concepción d<strong>el</strong> mundo. El espacio artístico se convirtió en<br />

2 Ordo (en latín en <strong>el</strong> original) significa orden o secuencia (N. de la T.).<br />

[45]<br />

Espacio sagrado-espacio museal . Friedh<strong>el</strong>m Mennekes

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