Descargue el PDF - Museo Nacional
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sus jardines y las dejaban los fines de semana, hasta que los rododendros, tulipanes y rosas<br />
perdían sus colores y se convertían también en heno. Aquí también surgían recuerdos de las<br />
cosechas de heno, las balas de heno, los pajares… primavera sobre primavera.<br />
Mediante dieciséis parlantes distribuidos por la iglesia se podía oír claramente un<br />
murmullo permanente en distintos idiomas de todos los continentes. No se podía percibir<br />
con claridad una sola palabra. Solo si <strong>el</strong> visitante acercaba su oído y pacientemente se<br />
quedaba escuchando, podía descifrar <strong>el</strong> idioma que conocía, y oír <strong>el</strong> misterioso y agitado<br />
comienzo de una r<strong>el</strong>ación amorosa.<br />
Boltanski tomó muy en serio a la iglesia como lugar de la interrogación en sus trabajos.<br />
A través de su exposición quiso hacer sentir a las personas los secretos de la r<strong>el</strong>igión de<br />
una manera mucho más intensa, se debería aprehender más profundamente <strong>el</strong> espíritu y <strong>el</strong><br />
secreto de la vida. Las imágenes son espejos, dice. Son impulsos para la propia reflexión de<br />
sí mismo, preguntan por la identidad propia, por los recuerdos d<strong>el</strong> pasado y su significado<br />
para <strong>el</strong> ahora y <strong>el</strong> futuro. Esta es otra de las nuevas posibilidades que la iglesia puede<br />
encontrar en <strong>el</strong> arte.<br />
JANNIS KOUNELLIS<br />
El artista griego Jannis Koun<strong>el</strong>lis, que vive en Roma, ya no cree en los retablos pictóricos<br />
en <strong>el</strong> sentido clásico. Sin embargo, al igual que Botanski, se sabe un pintor. Igualmente sus<br />
cuadros no son creados de un flujo de colores, sino de los Frammenti di Memoria, como<br />
él los llama. Son fragmentos de pensamientos agitados que brotan de sus recuerdos, en la<br />
oleada de sus fantasías, en <strong>el</strong> flujo de fantasías poéticas, que se ve San Pedro (Danch, 2003),<br />
por ejemplo, en la imagen de una fuente llena de campanas. ¿Será su sonido como aqu<strong>el</strong><br />
d<strong>el</strong> agua que dona la vida O ¿acaso <strong>el</strong> agua bendita, cuyas gotas suenan ¿Las lágrimas d<strong>el</strong><br />
mundo, que Dios, al final de sus vidas enjuga y las convierte en sonidos sanadores<br />
Así como es Koun<strong>el</strong>lis de sensible respecto a la creación de sus pensamientos<br />
específicos y sus materiales respectivos, es también sutil en la escogencia d<strong>el</strong> lugar para<br />
sus exposiciones. No es solamente escéptico frente a la imagen, sino también crítico ante<br />
las rutas estancadas de la esencia de las exposiciones. Por lo tanto, siempre está buscando<br />
nuevos lugares para sus exposiciones: galpones de fábricas, <strong>el</strong> casco de un barco, escenarios<br />
de un teatro, sinagogas, iglesias y otros espacios “ocupados”.<br />
Cuando estaba trabajando en su exposición en la iglesia de San Pedro, pensó<br />
específicamente en <strong>el</strong> espacio de reunión de la comunidad de esta iglesia de Colonia, que es<br />
la nave central. Así, llenó ese espacio mediante 42 barriles usados para químicos y aceite, de<br />
más o menos un metro, a lo largo d<strong>el</strong> eje central y horizontalmente formando una cruz. Para<br />
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Espacio sagrado-espacio museal . Friedh<strong>el</strong>m Mennekes