Descargue el PDF - Museo Nacional
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Parece que aceptamos con más porosidad <strong>el</strong> dinamismo de las prácticas, pero si<br />
los mismos dogmas –verdades de fe no explicables mediante la razón– son construidos<br />
históricamente en las arenas d<strong>el</strong> debate interno de la Iglesia católica, por ejemplo, ¿cómo<br />
no habría de ser dinámica también la r<strong>el</strong>igión en la que se articulan y a la que sostienen<br />
Quizás pensar la r<strong>el</strong>igión –y no solo <strong>el</strong> catolicismo como tema hegemónico en la tradición<br />
historiográfica argentina o iberoamericana, a pesar d<strong>el</strong> laicismo d<strong>el</strong> mundo de las<br />
universidades nacionales argentinas d<strong>el</strong> que yo también formo parte, ciertamente– como<br />
un sustantivo común, no con mayúsculas (aunque nos cueste) nos enfocaría respecto de<br />
la carga de prejuicios que se esconde detrás d<strong>el</strong> uso que todos hacemos de la noción de<br />
r<strong>el</strong>igiosidad.<br />
Por eso, aunque sea provisoriamente, cuando yo utilice <strong>el</strong> término “r<strong>el</strong>igión” o <strong>el</strong> de<br />
“r<strong>el</strong>igiosidad”, quisiera que –por favor– se interprete que los estoy usando como sinónimos<br />
y no como dos nociones diferentes, ni mucho menos, jerarquizadas. Incluso la noción<br />
de r<strong>el</strong>igiosidad popular me despierta ciertas dudas y reservas, pues parece implicar una<br />
atribución –a veces, peyorativa, otras, empática, y las más, demagógica– respecto de ciertas<br />
representaciones y prácticas de la r<strong>el</strong>igión que se le atribuyen a mayorías simplemente por<br />
su cuantiosa presencia o a los grupos sociales subalternos.<br />
La r<strong>el</strong>igiosidad: en busca de algunas definiciones<br />
Está claro que hay diversidad de discursos y prácticas r<strong>el</strong>igiosas y que, dentro de estas, las<br />
imágenes cumplen un pap<strong>el</strong> fundamental. Ellas mismas pueden constituir discursos visuales<br />
y en torno suyo (pero también sobre <strong>el</strong>las y con <strong>el</strong>las) se realizan muchas prácticas por parte<br />
de los actores sociales. Sin embargo, a la hora de hablar de r<strong>el</strong>igión y/o r<strong>el</strong>igiosidad, nos<br />
encontramos con que cada investigador tiene distintas interpretaciones sobre este concepto<br />
que sigue en la oscuridad.<br />
Sucede que <strong>el</strong> uso de definiciones conceptuales no ha sido frecuente en la producción<br />
historiográfica argentina reciente (no solo en los trabajos sobre Iglesia y r<strong>el</strong>igiosidad, por<br />
cierto) y supongo que esta falta de precisión obedece a ciertas razones, como puede ser<br />
–entre otras– la pérdida en la confianza operativa de ciertos marcos teóricos a partir de los<br />
años ochenta. Quizás por eso se ha vu<strong>el</strong>to tan poco habitual la explicitación de conceptos<br />
y, más aún, de influencias teóricas o historiográficas trasparentes en los textos históricos de<br />
nuestro medio. Es posible advertir, pero no siempre, ciertas marcas a través de las notas<br />
a pie y de las citas bibliográficas, pero muchas veces las improntas de lecturas se vu<strong>el</strong>ven<br />
d<strong>el</strong>iberadamente opacas o confusas, por la profusión ecléctica de términos provenientes de<br />
diversas corrientes y préstamos disciplinarios. Esto no significa un escollo para <strong>el</strong> desarrollo<br />
[9]<br />
La r<strong>el</strong>igiosidad en <strong>el</strong> museo . Patricia Fog<strong>el</strong>man