Descargue el PDF - Museo Nacional
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pinturas coloniales que tuvimos en la exposición, <strong>el</strong> Juicio Final de Gregorio Vásquez,<br />
de fondo también nos plantea cómo hay culturas, como la colonial, que hace usos de<br />
la corporeidad de una forma más simbólica. De los muchos <strong>el</strong>ementos que tiene esta<br />
compleja pintura, quisiera destacar cómo la Virgen descubre su seno, <strong>el</strong> marianus lactate,<br />
un proceso de sacralización que no tiene que ver con morales contemporáneas, sino con los<br />
usos de la cultura, en este caso en r<strong>el</strong>ación al símbolo leche-sangre: d<strong>el</strong> seno proceden las<br />
virtudes; de la sangre de Cristo, la salvación. El diálogo se puso esta vez en r<strong>el</strong>ación con la<br />
llamada cultura popular, representada en unas pequeñas estatuillas de almas purgantes que<br />
proceden de una colección privada de Corozal. La mayor parte de estas imágenes son d<strong>el</strong><br />
siglo XX, y son interesantes además porque circulan todavía en la región de la costa.<br />
El tercer aspecto que también nos puso en función de este diálogo entre lo secular<br />
y lo sagrado es la continuidad simbólica de algunas partes d<strong>el</strong> cuerpo. Voy a mostrar<br />
solamente algunos ejemplos. La cultura colonial incentivó la idea de la penitencia, d<strong>el</strong><br />
silencio, d<strong>el</strong> autocontrol, encarnada en algunos santos como este Juan Nepomuceno,<br />
que se automutila la lengua, antes de ser martirizado, para no rev<strong>el</strong>ar un sacramento de<br />
confesión. Iconográficamente sostiene entre sus dedos su propia lengua y está en diálogo<br />
con esta obra, bastante interesante de Teresa Margolles, mexicana, de la cual exhibimos una<br />
fotografía que rev<strong>el</strong>a este problema de continuidades que he mencionado.<br />
En <strong>el</strong> mismo tono esta obra de Jo<strong>el</strong>-Peter Witkin, Cabezas, que guarda r<strong>el</strong>ación con<br />
cabezas de r<strong>el</strong>icarios, pinturas coloniales, ceroplastias d<strong>el</strong> siglo XIX. La compleja obsesión<br />
por la cabeza decapitada se muestra en <strong>el</strong> corr<strong>el</strong>ato entre las imágenes coloniales de<br />
san Juan Bautista recién decapitado y una obra de Beatriz González que pertenece a la<br />
colección de la Universidad de los Andes. También para hablar de la importancia que tiene<br />
no solo la cabeza, en <strong>el</strong> guión trabajamos en torno a los valores simbólicos que tiene cada<br />
una de estas partes d<strong>el</strong> cuerpo en la cultura. Aunque no hay tiempo para desarrollarlos, es<br />
interesante ver cómo <strong>el</strong> valor simbólico de cada uno de estos fragmentos tiene continuidad<br />
desde la propuesta barroca. Los senos son uno de los <strong>el</strong>ementos que en la Colonia remite<br />
a la transmisión de las virtudes. En las imágenes de santa Bárbara, por ejemplo, cuando<br />
<strong>el</strong> verdugo se los cercena, establece la virtud simbólica de la mártir. Estas obras estaban<br />
en diálogo con Balón, de Nicola Constantino, una artista argentina, cuyo mensaje es<br />
claro: un balón de fútbol hecho de pezones, pone una interpretación sobre <strong>el</strong> machismo<br />
latinoamericano.<br />
En fin, <strong>el</strong> brazo se hace presente entre una r<strong>el</strong>iquia tocada de Francisco Javier y Brazo<br />
de Louis Bourgouis. Quisimos reflejar <strong>el</strong> valor simbólico d<strong>el</strong> brazo y la mano utilizando<br />
objetos de la vida cotidiana como este “brazo de reina” de past<strong>el</strong>ería. Casi se puede