11.07.2015 Views

Catecismo Romano - coro san clemente i

Catecismo Romano - coro san clemente i

Catecismo Romano - coro san clemente i

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cómo resucitarán los cuerpos[7-8] 1º Ante todo, resucitará el mismo cuerpo que ha sido propio de cada uno, y no otro,como queda demostrado: • por la Sagrada Escritura: San Pablo afirma que el mismo cuerpo que ahora escorruptible será revestido de incorruptibilidad; y Job, que verá a Dios en su misma carne (I Cor. 15 53; Job 1926-27.); • por la definición misma de resurrección, que significa volver al estado que se dejó; • y por el motivode la resurrección, que es el premiar o castigar los cuerpos que en esta vida fueron instrumentos del alma parael bien o para el mal, para lo cual se exige que sean los mismos.[9] 2º En segundo lugar, a los cuerpos resucitados se les reintegrará todo lo que pertenece a laperfección de su naturaleza: dicho de otro modo, resucitarán íntegros y perfectos: • íntegros, esto es, contodas sus partes: porque como los miembros pertenecen a la integridad de la naturaleza humana, si no serenovaran todos juntamente no se satisfaría el deseo del alma, inclinada a unirse con su cuerpo; • perfectos,esto es, sin los defectos que adquirieron durante esta vida mortal: porque, siendo la resurrección una nuevacreación, es necesario que las cosas salgan de la mano de Dios tan perfectas como salieron al principio. [10-11]Y eso se entiende, no sólo de los mártires, que recuperarán los miembros perdidos (aunque permanecerán enlas partes de su cuerpo las señales del martirio, más brillantes que el oro, al igual que las llagas de Cristo), sinotambién de los demás hombres, e incluso de los réprobos, porque cuantos más miembros tuvieren, con tantomayor dolor serán atormentados. Por tanto, la devolución de la integridad y perfección corporal ha de servir, alos justos para su felicidad, y a los condenados para su mayor desgracia y desventura.[12] 3º En tercer lugar, aunque ha de resucitar el mismo cuerpo que había muerto, su estado serámuy distinto y diverso.a) Ante todo, el cuerpo resucitado, tanto de buenos como de malos, obtendrá la inmortalidad, queCristo nos mereció por su victoria definitiva sobre la muerte (Is. 25 8; Os. 12 14; I Cor. 15 26; Apoc. 21 4.). Y esque, por una parte, era muy conveniente a los méritos de Cristo que el pecado de Adán y el imperio de lamuerte fuesen vencidos con inmensa superioridad; y, por otra parte, era muy conforme con la justicia divinaque los buenos gozasen perpetuamente de la vida feliz, y que los malos sufriesen penas eternas, no hallandoentonces la muerte, ansiosamente deseada.b) Además, los cuerpos de los justos tendrán ciertas propiedades, llamadas «dotes», que son alnúmero de cuatro: • la impasibilidad, por la que el cuerpo no sufrirá ninguna molestia, ni dolor, niincomodidad (Is. 49 10; I Cor. 15 42; Apoc. 7 16; 21 4.); • la claridad, por la que el alma comunicará al cuerpola suma felicidad de que goza, haciéndolo resplandeciente como el sol (Sab. 3 7; Dan. 12 3; Mt. 13 43; I Cor. 1543; Fil. 3 21.); sin embargo, no todos los cuerpos gloriosos serán igualmente resplandecientes, como sí seránigualmente impasibles, pues diferente será la gloria de los bienaventurados (I Cor. 15 41-42.); • la agilidad, envirtud de la cual el cuerpo se verá libre de la carga que ahora le oprime, y tan fácilmente podrá moverse adondequisiere el alma, que nada habrá más veloz que su movimiento (I Cor. 15 43.); • la sutileza, por la cual el cuerpoquedará espiritualizado, estará totalmente sometido al imperio del alma, y le servirá y estará pronto a suarbitrio (I Cor. 15 44.).Frutos que los fieles deben sacar del misterio de la resurrección[14] El misterio de la resurrección ha de sernos motivo para: • dar gracias a la bondad y clemencia deDios, que ha encubierto estas cosas a los sabios, y nos las ha revelado a nosotros, los pequeñuelos; • poderconsolar fácilmente tanto a los demás como a nosotros mismos, en la muerte de las personas que nos estánunidas por parentesco o amistad, como lo hacía San Pablo (I Tes. 4 13.); • encontrar sumo alivio en lostrabajos, dolores y desgracias, al recordar que un día debemos resucitar para ver al Señor nuestro Dios;• procurar con el mayor ahínco vivir justa y honradamente, y sin mancha alguna de pecado; porque quienconsidera las grandes riquezas que se seguirán a la resurrección y los tormentos con que han de ser castigadoslos réprobos, fácilmente se inclinará al ejercicio de la virtud, reprimirá los apetitos del alma, y se apartará delos pecados.109

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!