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Catecismo Romano - coro san clemente i

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Porque si bien no pudo hacer esto por las fuerzas naturales, pero aquella virtud de que subienaventurada alma estaba dotada, pudo mover el cuerpo a su arbitrio, y asimismo el cuerpo que había yaconseguido la gloria, fácilmente obedecía al impulso del alma que le movía. Por esto creemos que Cristo subió alos cielos por su propia virtud, no sólo en cuánto Dios sino también en cuánto hombre.III. De lo que significa estar Cristo a la diestra de Dios Padre, que es la segunda parte de esteartículo.109. La segunda parte de este artículo dice así: “Está sentado a la diestra de Dios Padre‖. En este lugarconviene advertir que hay tropo o mudanza de palabra del sentido propio al impropio, modo de hablar muyusado en las divinas Escrituras, cuándo acomodando a Dios a nuestro modo de entender, le atribuimos afectosy miembros humanos, pues no se puede pensar que realmente haya en él cosa corporal, por ser espíritu. Máspor cuánto en el trato humano juzgamos que se hace el mayor honor al que se coloca a la derecha, aplicandoesto mismo al tratamiento del cielo, para explicar que Cristo en cuánto hombre goza de mayor gloria que todoslos demás hombres, confesamos que está sentado a la diestra del Padre.Estar sentado no significa en este lugar la posición o figura del cuerpo, sino declara aquella posesiónreal y suma potestad y gloria que Cristo recibió del Padre, de la cual habla el Apóstol cuándo dice que el Padre“le resucitó de los muertos y le colocó a su diestra en los cielos sobre todo Principado, Potestad, Virtud yDominación, y toda criatura que se puede nombrar, no solamente en el siglo presente sino también en élvenidero, y que todas las cosas sujetó a sus pies” 271 . De las cuales palabras se deja entender que esta gloria estan propia y particular del Señor que no puede convenir a otra naturaleza criada. Por lo cual, en otro lugar elmismo Apóstol dice así: “¿A cuál de los ángeles dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra?” 272 .IV. Por qué se ha de recordar con frecuencia al pueblo cristiano la historia de la Ascensión deCristo.110. Pero el Párroco explicará con más extensión el sentido del artículo, siguiendo la historia de laAscensión que con orden maravilloso escribió San Lucas Evangelista en los Hechos de los Apóstoles 273 . Y loprimero que conviene observar en su explicación, es que todos los demás misterios se ordenan a la Ascensióncomo a fin, y que en ésta se contiene la perfección y cumplimiento de todos ellos; porque así como todos losmisterios de nuestra religión comienzan en la Encarnación del Señor, así todos ellos terminan con suAscensión. Además, los otros artículos del Símbolo que pertenecen a Cristo Señor declaran su grande humildady abatimiento, pues no se puede imaginar cosa más abatida y humilde que haber querido el Hijo de Dios tomarpor nosotros nuestra débil naturaleza padecer y morir.Mas la confesión que en el artículo anterior hacemos de haber resucitado de entre los muertos, y en éstede haber subido a los cielos y. estar sentado a la diestra de Dios Padre, es lo más magnífico y maravilloso que sepuede decir para declarar su gloria suma y divina majestad.V. Motivos por los cuales Cristo subió a los cielos.271 “Suscitans illum a mortuis, et constituens ad dexteram suam in coelestibus, supra omnem principatum et potestatem,virtutem et dominationem, et omne nomen, quod nominatur non solum in hoc saeculo, sed etiam in futuro. Et omniasubjecit sub pedibus ejus.” Eph., I, 20, 21, 22.272 “Ad quem autem Angelorum dixit aliquando: Sede a dextris meis?” Hebr., I, 13.273 ―He hablado en mi primer Libro, !oh Teófilo!, de todo lo más notable que hizo y enseñó Jesús, desde su principio,hasta el día en que fué recibido en el cielo, después de haber instruido por el Espíritu Santo a los Apóstoles, que él habíaescogido: A los cuales se había manifestado también después de su pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía,apareciéndoseles en el espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios. Y por último,comiendo con ellos, les mandó que no partiesen de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa delPadre, la cual—dijo—oisteis de mi boca. Y es que Juan bautizó con el agua, mas vosotros habéis de ser bautizados en elEspíritu Santo dentro de pocos días. Entonces los que se hallaban presentes le hicieron esta pregunta: Señor, ¿si seráéste el tiempo en que has de restituir el reino de Israel? A lo cual respondió Jesús: No os corresponde a vosotros el saberlos tiempos y momentos que tiene el Padre reservados a su poder soberano: Recibiréis, sí, la virtud del Espíritu Santo,que descenderá sobre vosotros, y me serviréis de testigos en Jerusalén, y en toda la Judea, y en Samaría, y hasta el cabodel mundo. Dicho esto, se fué elevando a vista de ellos por los aires, hasta que una nube le encubrió a sus ojos. Y estandoatentos a mirar como iba subiéndose al cielo, he aquí que aparecieron cerca de ellos dos personajes con vestidurasblancas, los cuales les dijeron: Varones de Galilea, ¿por qué estáis ahí parados mirando al cielo? Este Jesús, queseparándose de vostros se ha subido al cielo, vendrá de la misma suerte que le acabáis de ver subir allá.” Act. Apost., I,111.74

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