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Catecismo Romano - coro san clemente i

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XXVII. Peca el que deshonra, la palabra de Dios, o explicándola mal o torciéndola a cosasvanas.793. Y por cuanto dice la Escritura al prohibir el perjurio: “No mancharás el nombre de tu Dios” 1149 , conesto se nos veda también el menosprecio de todo aquello que debe ser honrado y venerado en virtud de estemandamiento: como es la palabra de Dios, cuya majestad reverencian no sólo los virtuosos, sino aún algunasveces los impíos, como la historia de los Jueces 1150 lo afirma de Eglon, Rey de los Moabitas. Hace suma injuria ala palabra de Dios todo aquel que tuerce la Sagrada Escritura de su recto y legítimo sentido a perversos dogmasy herejías. Acerca de esta maldad nos avisa el Príncipe de los Apóstoles, diciendo: “Hay algunas cosas difícilesde entender, que los indoctos e inconstantes pervierten, como también las demás Escrituras, para superdición” 1151 . Manchan igualmente la Escritura Sagrada con feos y torpes borrones aquellos hombressacrílegos, que aplican sus palabras y sentencias, dignas de toda veneración, a cualquier cosa profana, comoson chocarrerías, fábulas, vanidades, adulaciones, detracciones, suertes, libelos famosos y cosas semejantes,cuyo pecado manda sea castigado el Sagrado Concilio de Trento 1152 .XXVIII. Cómo pecan los que no invocan a Dios en sus trabajos.794. Además de esto, así como honran a Dios los que imploran su favor y auxilio en sus tribulaciones,así le niegan el honor debido los que no le piden su socorro. Esto reprende David cuando dice: ―No invocaron aDios, allí temblar ron de espanto, donde no había por qué temer‖ 1153 .XXIX. La blasfemia contra Dios y sus <strong>san</strong>tos es el pecado más grave de todos.795. Pero mucho más abominable es la maldad de que se hacen reos los que se atreven a blasfemar ymaldecir con boca impura y sucia el sacro<strong>san</strong>to nombre de Dios 1154 , digno de ser bendecido y ensalzado consumas alabanzas por todas las criaturas, o también de los Santos que reinan con su Majestad. Tan abominabley horrendo es este pecado, que algunas veces las sagradas Escrituras 1155 , cuando se ofrece hablar de lablasfemia, se valen del nombre de bendición.XXX. Por qué se añadieron a este mandamiento algunas amenazas.796. Mas como el terror de la pena y castigo suele reprimir con eficacia la audacia del pecador, a fin deque el Párroco despierte más los ánimos de los fieles y los mueva con más facilidad a la observancia de este1149 “Nec pollues nomen Dei tui.” Lev. XIX, 12.1150 ―Acercóse Aod al Rey, que estaba solo, sentado en su habitación de verano, y díjole: Tengo que decirte una palabra departe de Dios. Al punto se levantó el Rey de su silla.‖ Iudic. III, 20.1151 ―Sunt quaedam difficilia intellectu, quae indocti et instabiles depravant, sicut et ceteras Scripturas ad suam ipsoraemperditionem.‖ II, Petr. III, 16.―Pero ciertamente no somos nosotros como muchísimos que adulteran la palabra de Dios, sino que la predicamos consinceridad, como de pe de Dios, en la presencia de Dios, y según el Espíritu de Jesucristo.‖II, Corinto. II, 17.―Desechamos lejos de nosotros las ocultas infamias, no procediendo con artificio, ni alterando la palabra de Dios.‖ II,Corint. IV,2.1152 ―Además de esto, queriendo el sagrado Concilio reprimir la temeridad, con que se aplican y tuercen a cualquierasunto profano las palabras y sentencias de la sagrada Escritura, es a saber: a bufonadas, fábulas, vanidades,adulaciones, murmuraciones, supersticiones, impíos y diabólicos encantos, adivinaciones, suertes y libelosinfamatorios; ordena y manda para extirpar esta irreverencia y menosprecio, que ninguno en adelante se atreva avalerse de modo alguno de palabras de la sagrada Escritura, para estos ni semejantes abusos; que todas las personasque profanen y violenten de este modo la palabra divina, sean castigadas por los Obispos con las penas de derecho y asu arbitrio.‖ Conc. Trident. sess. IV.1153 “Deum non invocaverunt; illic trepidaverunt timore, ubi non erat timor.” Psalm. XIII, 5.1154 ―Dirás a los hijos de Israel: El hombre que maldijere a su Dios, pagará la pena de su pecado. Muera irremisiblemente elque blasfemare el nombre del Señor; acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o bien extranjero. Quienblasfemare el nombre del Señor, muera sin remedio.‖ Levit. XXIV, 15 y 16. ―¡Ay de la nación pecadora, del puebloapesgado de iniquidades, de la raza malvada, de los hijos desgarrados. Han abandonado al Señor, han blasfemado del Santode Israel, le han vuelto las espaldas.‖ Isai. I, 4. ―Interpón tu oración por las reliquias del pueblo; para ver si el SeñorDios tuyo ha reparado en las palabras de Rabsáces enviado de su amo el rey asirio a blasfemar el Nombre de Dios vivo, y ademostrarle con las expresiones que ha oído el Señor tu Dios.‖ Isai. XXXVII, 4.1155 ―Habiendo introducido a dos hombres, hijos del diablo, los hicieron sentar enfrente de Nebot; los cuales, al fin comohombres diabólicos, atestiguaron contra él en presencia del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra elrey. En vista de este testimonio sacáronle fuera de la ciudad, y le mataron a pedradas.‖ III, Eeg. XXI, 13. ―Mas extiende unpoquito tu mano, y toca a sus bienes, y verás cómo te desprecia en tu cara.‖ Job. I, 11. ,‖Y díjole su mujer: ¿Todavíapermaneces tú en tu estúpida simplicidad? Sí: bendice a Dios, y muérete.‖ Job. II, 9.337

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