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Catecismo Romano - coro san clemente i

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Quinto precepto del DecálogoNO MATARÁSINTRODUCCIÓN AL CAPÍTULO[1] 1º Fruto y utilidad de lo que enseña este mandamiento. — Cuán útil es la observancia deeste mandamiento se deduce de lo siguiente: • si se cumplen bien y <strong>san</strong>tamente los deberes de este precepto,cabe esperar que los hombres vivirán unidos por la perfecta conformidad de sentimientos y conservarán la pazy la concordia; • Dios envió el diluvio para reclamar a los hombres la <strong>san</strong>gre derramada (Gen. 9 5.), y éste fue elprimer precepto que nuestro Señor explicó en el sermón de la Montaña (Mt. 5 21-23.); • finalmente, por estemandamiento Dios asegura la conservación de la propia vida, ya que prohíbe con graves penas el homicidio yel ofender a nadie.[2] 2º Objeto de este mandamiento. — En este mandamiento se contienen dos cosas: la primera, senos prohíbe matar (Mt. 5 21-23; Ex. 21 12 y ss; Lev. 24 17.); y la segunda, se nos manda tratar a nuestrosenemigos con afabilidad y caridad, tener paz con todos y llevar con resignación todos los trabajos (Col. 3 8 y12; Ef. 4 20 y ss.).Precepto negativo de este mandamiento[3-8] 1º Muertes que no se prohíben por este mandamiento. — No está prohibido: • matar alos animales irracionales, pues Dios dio al hombre el derecho de alimentarse de ellos; • imponer la muerte,conforme a las leyes, a los hombres criminales para defender a los inocentes (Sal. 100 8.); pues los jueces sonen la sociedad los vengadores legítimos de los crímenes, para que, reprimiendo con castigos la audacia y lamaldad, esté segura la vida humana, que es el fin de este mandamiento; • quitar la vida al enemigo en guerrajusta (Gen. 14 15; Ex. 17 9-10; I Rey. 14 15; Lc. 3 14.), pues entonces no se obra movido por pasión injusta, sinoúnicamente por el deseo del bien común; • quitar la vida por orden expresa de Dios (Ex. 32 28-29.); • no esculpable de crimen quien mata casualmente a un hombre, no voluntariamente y con premeditación, sino porcasualidad (Deut. 19 4-5.), salvo en dos casos: cuando la acción que da casualmente la muerte a otro es injusta,vgr. causar un aborto por golpear a una mujer embarazada (Ex. 21 y 22.); y cuando esta muerte casual procedede la negligencia y descuido de uno mismo; • finalmente, tampoco es culpable de crimen quien mata a otro pordefender su propia vida.[9-11] 2º Muertes que se prohíben en este mandamiento. — Todas las demás muertes estánprohibidas, sin que admita excepción ni la persona del homicida, ni la del muerto, ni el modo con que se causóla muerte. • La persona del homicida. Nadie puede hacer una muerte por propia autoridad, sea rico, poderoso,señor o padre: a todos, sin distinción, les está prohibido matar. • La persona del muerto. En lo que mira a losmatados, no hay hombre tan humilde y de condición tan baja, que no esté defendido en virtud de esta ley.Tampoco es lícito a nadie darse la muerte a sí mismo, por no tener nadie dominio sobre su propia vida. • Elmodo de causar la muerte. Ningún modo de cometer homicidio queda exceptuado: no sólo el causar la muertedirectamente, sino también el causarla aconsejando, ayudando, favoreciendo o por otro modo semejante,llegando nuestro Señor a prohibirnos incluso el irritarnos contra nuestro hermano (Mt. 5 22.); de manera queno basta tener las manos limpias de pecado, sino que hay que tener puro también el corazón. La única iraaceptable es aquella que no procede de pasión (Sal. 4 5; Ef. 4 26.), por la cual uno castiga a los que están bajosu imperio y potestad, cuando hay en ellos culpa.[12-13] De aquí se deducen dos cosas: • la primera, que peca quien se enoja contra su hermano, aunquereprima en su interior la ira, y peca más gravemente quien manifiesta exteriormente su enojo, y todavía másquien no teme maltratar duramente a su hermano e inferirle injuria; • la segunda, que guardaráperfectamente este precepto quien practique la mansedumbre con quienes le hacen mal, según las palabras denuestro Señor (Mt. 5 39.).[14] 3º Gravedad del homicidio. — La gravedad del homicidio se deduce: • de la SagradaEscritura, en la que Dios muestra repetidas veces cuánto detesta este pecado (Gen. 4 10; 9 16; Ex. 21 12; Lev.mío, no te aflijas: es verdad que pasamos una vida pobre; pero tendremos muchos bienes, si temiéremos a Dios, yhuyéremos de todo pecado, y obramos bien‖. Tob. IV, 1 23.364

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