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Catecismo Romano - coro san clemente i

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que obedecen a Dios con prontitud y alegría, les será una prueba del gran afecto con que Dios nos mira, puesverán en esta amenaza la amorosa solicitud de Dios en procurar nuestro bien; — a los carnales, que obedecen aDios tan sólo por temor de los castigos, habrá que ayudarlos con piadosas exhortaciones.[25] 1º «Yo soy el Señor Dios tuyo, el fuerte». — La primera espuela que Dios utiliza paraestimularnos a cumplir sus mandamientos es llamarse «Dios fuerte», a fin de que los carnales esténconvencidos de que no podrán huir del castigo si transgreden los mandamientos del Señor, y para que losperfectos estén convencidos de que en Dios tendrán la fuerza necesaria para resistir a todo tipo de asaltos delenemigo.[26] 2º «El celoso». — La segunda espuela que Dios utiliza es llamarse «Dios celoso», para quetengamos presente que Dios se cuida de las cosas humanas y de si guardamos o no su <strong>san</strong>ta ley. [27] Dios seatribuye a sí mismo, no el celo que significa perturbación del espíritu, sino el celo propio del amante que noconsiente que nadie le sea infiel impunemente, comparándose a un Esposo que exige fidelidad a su esposa, queson las almas. Por eso, a las prevaricadoras las repudia y rechaza como adúlteras, por seguir a otros amantes; ya las justas las une a Sí en unión estrecha e íntima.[28] 3º «Que castigo la maldad de los padres en los hijos». — El sentido de esta amenaza es queDios no deja sin castigo a los pecadores, sino que los castigará como Padre, o les impondrá penas con rigor yseveridad como Juez.[29] 4º «Hasta la tercera y cuarta generación». — No porque los descendientes paguen siemprelas penas por los pecados de sus antecesores, sino porque aunque los hijos sean justos, no evitarán sin embargotodos sus descendientes la ira de Dios o la pena (IV Rey. 22 19-20 y 23 26-30.). [30] Y ello no se contradicecon lo que Dios afirma por el profeta Ezequiel, de que «el alma que pecare, esa morirá» (Ez. 18 4.); pues justoes que los hijos que imitan la perversidad de sus padres y se hacen sus cómplices, se vean obligados a pagar enesta vida las culpas propias y las de sus padres, puesto que a los vicios del padre, por los que sabían que Diosestaba ofendido, no temen añadir ellos su propia maldad; mientras que el que no sigue los caminos perversosde sus padres, de ninguna manera se carga con sus pecados.[31] 5º «De los que me aborrecen». — Estas palabras nos dan a entender la gravedad del pecado;pues el que desprecia la ley divina y no cumple los mandamientos aborrece a Dios, que es la suma Bondad y laVerdad infinita.[32] 6º «Y que uso de misericordia hasta millares de generaciones con los que me aman ysiguen mis mandamientos». — Aquí se nos indican dos cosas: • el modo y motivo de guardar la ley, que esla caridad o amor a Dios; • y cuánto sobrepuja la bondad y misericordia de Dios sobre su justicia, puescastigando hasta la tercera y cuarta generación, usa de misericordia hasta millares de ellas.CAPÍTULO IIDEL 1° MANDAMIENTO DEL DECÁLOGOI. Cómo la ley de Moisés obliga a todos los hombres, y en qué ocasión fué dada a los israelitas.723. Aunque esta Ley fué dada por el Señor a los judíos en el monte 1011 , estaba no obstante mucho antesimpresa y sellada por la misma naturaleza 1012 en las almas de todos, y por esta razón quiso Dios queperpetuamente la obedeciesen todos los hombres. Por tanto será muy provechoso explicar con cuidado las1011 ―Descendió el Señor sobre el monte SinaI, en la cima misma del monte, y llamó a Moisés a aquella cumbre. A dondehabiendo subido, díjole: Baja e intímale al pueblo que no se arriesgue a traspasar los límites para ver al Señor, por cuyomotivo Tengan a perecer muchísimos de ellos. Los sacerdotes asimismo que se acercan al Señor, purifíquense; no seaque los castigue de muerte. Dijo entonces Moisés al Señor: No se atreverá el pueblo a subir al monte Sinai, puesto que túme has intimado y mandado expresamente: Señala límites alrededor del monte, y <strong>san</strong>tifícale.‖ Exod. XIX, 2023.“Estas palabras (las del Decálogo) y no más, son las que habló en alta voz el Señor a toda vuestra multitud en el monte,desde en medio del fuego y de la tenebrosa nube; y las escribió en las dos tablas de piedra, las cuales me entregó.” Deut.V, 22.1012 ―Cuando los Gentiles que no tienen ley escrita, hacen por razón natural lo que manda la ley, estos tales no teniendoley, son para sí mismos ley, y ellos hacen ver que lo que la ley ordena está escrito en sus corazones, como se lo atestiguasu propia conciencia y las diferentes reflexiones que allá en su interior ya los acu<strong>san</strong>, ya los defienden, como se verá enaquel día, en que Dios juzgará los secretos de los hombres, por medio de Jesucristo, según la doctrina de mi Evangelio.”Rom. II, 14 y 15.311

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