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Catecismo Romano - coro san clemente i

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La satisfacción[62] 1º Nombre y esencia. — La satisfacción, en general, es el pago completo de una cosa debida, ola compensación de un mal hecho a otro. Y así, cuando hablamos de la reconciliación entre amigos, satisfacersignifica dar al ofendido tanto como pueda ser suficiente para vengar o reparar la injuria. Por eso, los teólogosu<strong>san</strong> el nombre de satisfacción para entender aquella compensación por la cual el hombre paga algo a Dios porlos pecados cometidos.[63] 2º Clases de satisfacción. — Tres son las principales:a) La primera es la satisfacción plena, completa y sobreabundante por todos nuestros pecados, esto es, la quecorresponde en igualdad y en estricta justicia a la suma de todos los pecados que en este mundo se hancometido, la cual hace a Dios propicio y benigno con nosotros, y confiere valor ante Dios a las accioneshumanas. Esta es la propia y exclusiva de Cristo nuestro Señor, que satisfizo a Dios su Padre plenísimamente,pagando en la cruz el precio de nuestros pecados (I Jn. 2 2; II Cor. 5 19; Ef. 1 5 y 7; Heb. 9 11-13.).[64] b) La segunda es la que se llama canónica: es la limitada a cierto espacio de tiempo y a ciertospecados, y que se impone a los penitentes cuando se los absuelve de sus pecados, según la práctica de laIglesia. Su cumplimiento se llama satisfacción; y de esta satisfacción es de la que tratamos aquí. Es, pues,aquella penitencia que ha de tenerse como parte del Sacramento, y que se paga a Dios por los pecados, según ladisposición del sacerdote, y con el firme propósito de evitar en adelante a toda costa los pecados.[63, 75] c) La tercera es cierta especie de pena que padecemos, no ya impuesta por el sacerdote, sinoelegida y aceptada voluntariamente por nosotros mismos. Y así, son satisfactorios todos los trabajos ycontrariedades que Dios envía al hombre, si éste sabe aprovecharlos como ocasión de satisfacer y merecer; y elque con disgusto y repugnancia lleva estos trabajos y miserias, se priva de todo fruto de satisfacción.[65] 3º Necesidad y conveniencia de la satisfacción. — El pecado tiene una doble consecuencia:la culpa y la pena, tanto eterna como temporal. La Penitencia perdona siempre la culpa y la pena eterna, perono siempre toda la pena temporal merecida por los pecados. Y así, por ejemplo, Dios perdonó a David despuésde su pecado porque mostró un grandísimo arrepentimiento (II Rey. 12 13; Sal. 50 4-5.), pero, con todo, lecastigó con la pérdida del hijo que le había nacido (II Rey. 12 18.), y más tarde con la rebelión de su hijoAbsalón (II Rey. 15 y 17 14.). Los principales motivos que mueven a Dios a obrar de tal manera son:[66] a) El orden de la divina justicia pide que Dios admita de un modo a los que por ignoranciapecaron antes del Bautismo, y de otro modo distinto a los que pecaron después de él haciendo abuso de losdones recibidos y profanando el templo de Dios.b) Corresponde a la clemencia divina no perdonarnos los pecados sin alguna satisfacción, para que nocreamos que los pecados son leves o no tienen importancia (Heb. 10 29.), y caigamos así en pecados másgraves (Rom. 2 5.); de modo que estas penas satisfactorias nos sirven de freno, haciéndonos más cautos yvigilantes.c) Esta satisfacción es un cierto testimonio del dolor que sentimos por los pecados cometidos, paramanifestar externamente a la faz de la Iglesia el arrepentimiento que por ellos sentimos.[67] d) Los ejemplos de nuestra penitencia enseñan a los demás de qué modo deben ordenar su vida ypracticar la virtud; porque al ver las penitencias que nos han sido impuestas, comprenden que se ha de tenermucha prudencia toda la vida y corregir las malas costumbres anteriores. Por eso, anteriormente, la Iglesiadaba penitencia pública a los pecados cometidos públicamente, a fin de que, atemorizados los demás, evitasenen adelante con más cuidado los pecados.[68] e) Por la penitencia nos asemejamos más a Jesucristo, por razón de haber El mismo padecido ysido tentado (Heb. 2 18.); pues es conveniente que el miembro de una Cabeza <strong>coro</strong>nada de espinas compartasus dolores y sufrimientos, para que, habiendo padecido con El, con El también reine (Rom. 8 17; II Tim. 2 11-12.).[69] f) La satisfacción sirve de medicina para el alma, y cura las llagas que el pecado dejó en ella. PuesDios, al perdonarnos, quita la mancha del pecado y arranca la flecha que nos había herido; mas luego esnecesario curar la herida y la cicatriz, esto es, las reliquias del pecado, lo cual se consigue por la satisfacción.Así, pues, la misericordia de Dios perdona los pecados, pero su justicia castiga a los hombres con penastemporales.[70] g) La pena temporal, voluntariamente aceptada, detiene el castigo de Dios y las penas dispuestascontra nosotros (I Cor. 11 31-32.).[71] 4º Algunas aclaraciones. — a) La satisfacción saca toda su virtud de los méritos de la Pasiónde nuestro Señor Jesucristo, por los cuales obtenemos además dos grandísimos bienes: alcanzar el premio dela felicidad eterna, y satisfacer por nuestros pecados.223

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