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Catecismo Romano - coro san clemente i

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oculto y muy remoto del sentido de la vista. Y así es diverso el sentido que hacen aquí estas palabras del quetienen cuando se aplican al Bautismo. Porque aquí se llama Misterio de Fe el mirar nosotros con los ojos de lafe la Sangre de Cristo oculta bajo la especie de vino, mas al Bautismo llamamos justamente Sacramento de la fe,porque en él se hace profesión de toda la fe cristiana. Si bien también hay otro motivo para llamar alSacramento de la Sangre de Cristo misterio de la fe, y es la mucha dificultad y resistencia que experimenta elentendimiento humano, cuando la fe nos propone para creer que Cristo Señor, verdadero Hijo de Dios, yjuntamente Dios y hombre, padeció por nosotros la muerte, lo cual nos manifiesta el Sacramento de la Sangre.XXIV. Por qué en la consagración de la Sangre se hace mención especialmente de la muerte.423. Y por esto recordamos la Pasión del Señor en esta consagración de la Sangre por aquellas palabras:“Qui effundetur in remissionem peccatorum”, mejor que en la del Cuerpo. Porque la Sangre consagradaseparadamente nos pone ante los ojos con mayor viveza y eficacia la pasión y muerte del Señor, y el linaje de lamisma. Mas aquellas palabras que se añaden: pro vobis, et pro multis, son tomadas partes de San Mateo 706 yparte de San Lucas 707 , mas la <strong>san</strong>ta Iglesia instruida por el Espíritu divino las juntó, y se ordenan a declarar elfruto y utilidad de la Pasión. Porque si aten-demos a la virtud de ésta, debemos confesar que el Salvadorderramó su Sangre para la salud de todos, mas si consideramos el fruto que los hombres sacan de ella,fácilmente veremos que esta utilidad no llega a todos, sino solamente a muchos. Por lo cual, cuando el Señordijo: pro vobis indicó o bien a los que allí estaban presentes, o bien a los escogidos del pueblo judío, como eranlos discípulos con quienes hablaba, excepto Judas. Más cuando añadió: pro multis, quiso indicar a todos losdemás escogidos, así judíos como gentiles. Y fué muy bien no decir por todos, porque aquí se trataba solamentede los frutos de la pasión, la cual a sólo los escogidos reportó el fruto de la salud eterna. A esto aluden aquellaspalabras del Apóstol: “Cristo ha sido una sola vez inmolado, para quitar de raíz los pecados de muchos” 708 , ylo que el Señor dijo por San Juan: “Yo por estos ruego, no ruego por el mundo, sino por estos que me diste,porque son tuyo” 709 . Otros muchos misterios están ocultos en estas palabras de la consagración, los cuales, conla ayuda de Dios y la constante meditación y estudio de las cosas divinas, fácilmente podrán los Pastoresconocerlos por sí mismos.XXV. No conviene gobernarse en este Sacramento por lo que perciben los sentidos.424. Mas ya es tiempo de volver a la declaración de aquello que en manera ninguna se debe permitirque lo ignoren los fieles. Y, pues, nos amonesta el Apóstol 710 ser gravísima la maldad que cometen aquellos queno disciernen el cuerpo del Señor, ante todo enseñen los Pastores con todo cuidado que deben apartar el juicioy razón de lo que perciben los sentidos. Pues si llegan a persuadirse los fieles que no hay otra cosa en esteSacramento que lo percibido por los sentidos, necesariamente han de incurrir en una suma impiedad. Porqueno hallando allí los ojos, el tacto, el olfato y el gusto otra cosa que las especies del pan y del vino, juzgarían quesólo pan y vino había en el Sacramento. Se ha de procurar, pues, que los entendimientos de los fielesprescindan todo lo posible de cuanto los sentidos perciben, y que se muevan a contemplar la inmensa virtud ypoder de Dios.XXVI. De las maravillas que se obran en virtud de la consagración. —425. Tres cosassumamente admirables y dignísimas de toda veneración, cree y confiesa la fe católica sin la menor duda, que seobran en este Sacramento por las palabras de la consagración. La primera es, que está en él el verdadero cuerpode Cristo Señor nuestro, aquel mismo que nació de la Virgen y que está sentado en los cielos a la diestra delPadre. La segunda, que no queda allí substancia alguna de pan y vino, aunque parece que no es posible algunacosa más ajena ni más remota de los sentidos. La tercera, la cual se infiere de las otras dos, y aun las palabrasde la consagración claramente lo expre<strong>san</strong>, es que los accidentes que se ven por los ojos o que se perciben porotros sentidos, quedan y se mantienen sin sujeto alguno por un modo admirable e indecible. Allí se dejan vertodos los accidentes de pan y vino, pero subsisten por sí sin estar sostenidos por substancia alguna. Porquetoda la substancia del pan y del vino de tal modo se convierte en Cuerpo y Sangre de Cristo, que del todo dejade ser substancia de pan y de vino.706 “Hic est enim <strong>san</strong>guis meus novi Testamenti, qui pro multis effundetur”. Matth. XXVI, 28.707 “Hic est calix novum testamentum in <strong>san</strong>guine meo qui pro vobis fundetur”. Luc. XXII, 20.708 “Christus semel oblatus est ad multorum exhaurienda peccata”. Hebr. IX, 28.709 “Ego pro eis rogo, non pro mundo rogo, sed pro bis, quos dedisti mihi, quia tui sunt”. Joan, XVII, 9.710 ―Porque quien lo come y bebe indignamente, se traga y bebe su propia condenación, no haciendo el debidodiscernimiento del cuerpo del Señor‖. I, Corint. XI, 29.190

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