Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Montes dice que <strong>en</strong> el manqha pacha se ubican y despliegan determinadas funciones que<br />
correspond<strong>en</strong> al arquetipo “g<strong>en</strong>io maligno”. Se trata de las deidades maléficas que desatan<br />
pachacutis, estando asociadas con la subversión y el caos. <strong>La</strong>s figuras míticas que se incluy<strong>en</strong><br />
d<strong>en</strong>tro de este arquetipo son Supay, Huallallo Carhuincho, Pachacámac y Wari.<br />
<strong>La</strong>s características <strong>del</strong> sub-mundo son definidas por Montes <strong>en</strong> contraste con <strong>los</strong> rasgos <strong>del</strong><br />
aka pacha. <strong>La</strong> construcción de sus mode<strong>los</strong> sigue la lógica bival<strong>en</strong>te señalando rasgos discretos<br />
y taxativos de <strong>los</strong> personajes míticos analizados. El arquetipo <strong>del</strong> sub-mundo, el “g<strong>en</strong>io<br />
maligno”, corresponde por oposición al arquetipo “héroe civilizador”. En este caso se<br />
trata de un habitante <strong>del</strong> alax pacha relacionado con el concepto de “dios creador”. <strong>La</strong><br />
equiparación de <strong>en</strong>tidades míticas sigue un procedimi<strong>en</strong>to impecable de acuerdo a <strong>los</strong> arquetipos<br />
de Jung y las asimilaciones de Montes, a excepción de Wiracocha que cumpliría<br />
tanto funciones de “dios creador” como de “héroe civilizador”.<br />
Aparte de la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia para la Iglesia católica de mostrar que <strong>los</strong> mitos prehispánicos<br />
d<strong>en</strong>otarían <strong>los</strong> mismos conceptos de su teología, sin considerar el esfuerzo profesional de<br />
Montes de utilizar cont<strong>en</strong>idos de la psicología occid<strong>en</strong>tal para interpretar <strong>los</strong> mitos andinos;<br />
la localización e id<strong>en</strong>tificación unívoca de las funciones de las <strong>en</strong>tidades no responde a la<br />
lógica andina de tercero incluido. Montes no percibe, m<strong>en</strong>os interpreta, la anfibología de<br />
<strong>los</strong> roles de las deidades ni su virtud de ubicuidad. Con criterio discreto las ubica <strong>en</strong> alguno<br />
de <strong>los</strong> tres mundos. Inclusive las <strong>en</strong>tidades de mediación como el Achachila que vincula el<br />
medio con lo de arriba y Supay que articula el medio con lo de abajo, no realizarían ninguna<br />
interacción de conjunto, ni su “función” t<strong>en</strong>dría efecto sistémico. El mo<strong>del</strong>o de Montes<br />
niega la fluidez de las fronteras, la ambigüedad de las funciones y asigna arbitrarias relaciones<br />
que proced<strong>en</strong> <strong>del</strong> análisis conceptual y relacional de <strong>los</strong> arquetipos occid<strong>en</strong>tales.<br />
Peor aun, su lectura es estática y limitativa al imaginario cristiano, pres<strong>en</strong>tando las tres pachas<br />
inclusive antes de la llegada de <strong>los</strong> españoles, como la intuición andina de <strong>los</strong> tres<br />
mundos de la teología cristiana.<br />
Otros son, sin duda, <strong>los</strong> resultados que ofrec<strong>en</strong> <strong>los</strong> estudios antropológicos, <strong>los</strong> cuales ti<strong>en</strong><strong>en</strong>,<br />
además, cierta v<strong>en</strong>taja adicional si provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de investigadores formados <strong>en</strong> horizontes<br />
culturales distintos al andino. Tal es el caso, por ejemplo, de la lectura de Olivia Harris 127 .<br />
El mo<strong>del</strong>o que ella ofrece incluye al tiempo, por lo que se constituye <strong>en</strong> una interpretación<br />
más apropiada <strong>del</strong> imaginario andino. Con base <strong>en</strong> un sistemático trabajo etnográfico efectuado<br />
<strong>en</strong>tre <strong>los</strong> laymis, Harris desarrolla una interpretación etnológica <strong>en</strong> la que muestra<br />
que pacha no se reduce a una localización de esc<strong>en</strong>arios donde habitarían y obrarían las<br />
deidades andinas, más o m<strong>en</strong>os travestidas con el l<strong>en</strong>guaje y la figura cristiana.<br />
El aka pacha es el espacio y tiempo donde y cuando concurr<strong>en</strong> tanto fuerzas de converg<strong>en</strong>cia<br />
y unión, como fuerzas de disolución y desagregación. <strong>La</strong>s primeras fuerzas se expresarían<br />
<strong>en</strong> el taipi: es decir <strong>en</strong> el lugar-mom<strong>en</strong>to de mediación que aproxima y une lo opuesto.<br />
<strong>La</strong>s fuerzas de disolución y desagregación se manifestarían <strong>en</strong> awca, es decir, <strong>en</strong> el espacio<br />
y tiempo <strong>en</strong> <strong>los</strong> que prevalece la guerra y la disolución. <strong>La</strong>s fuerzas de converg<strong>en</strong>cia y las<br />
127 Véase el texto de Thèrése Bouysse-Cassagne y Olivia Harris, "Pacha: En torno al p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to aymara".<br />
En Tres reflexiones sobre el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to andino. HISBOL. <strong>La</strong> Paz, 1987. El texto de Harris es de<br />
la página 35 a la 56.<br />
113