Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> otros contextos culturales y comunidades, se refiere a que <strong>los</strong> aymaras ord<strong>en</strong>an<br />
geométricam<strong>en</strong>te el espacio a partir de una dualidad estructural, desde la que se multiplica<br />
por duplicación constante, sea por simetría bilateral o según divisiones transversales, la<br />
realidad espacial, étnica, simbólica y política de la totalidad. Por ejemplo, esto se da <strong>en</strong><br />
Sabaya, desde la peculiaridad de cada estancia hasta la constitución de la comunidad como<br />
una totalidad.<br />
Es posible interpretar que la categoría cuadrilocular de <strong>los</strong> <strong>Andes</strong> haya surgido como una<br />
adaptación de la dualidad sigui<strong>en</strong>do su misma lógica. Se trataría de la doble duplicación,<br />
pero que <strong>en</strong> el caso <strong>del</strong> Tahuantinsuyo refiere una importante difer<strong>en</strong>cia. Como se sabe, el<br />
Cusco era el ombligo <strong>del</strong> imperio, a partir <strong>del</strong> que sigui<strong>en</strong>do un ord<strong>en</strong> radial cuadrilocular<br />
se establecieron <strong>los</strong> cuatro suyos de id<strong>en</strong>tidad cultural y geográfica difer<strong>en</strong>ciada. Ahora<br />
bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong>tre <strong>los</strong> aymaras, inclusive cuando la duplicación es doble y da lugar a una constitución<br />
cuatripartita <strong>del</strong> espacio, el c<strong>en</strong>tro que se forma no adquiere la connotación que tuvo<br />
para <strong>los</strong> quechuas su capital: no es el ombligo <strong>del</strong> mundo.<br />
El poder de <strong>los</strong> incas debía expresarse simbólicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la c<strong>en</strong>tralidad de la capital de su<br />
imperio, desde la que se ord<strong>en</strong>ó el espacio cultural y político. Tal c<strong>en</strong>tralidad no podía<br />
competir con otra dada <strong>en</strong> <strong>los</strong> señoríos aymaras. Indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que <strong>en</strong> el proceso<br />
histórico preincaico, las culturas andinas hayan ord<strong>en</strong>ado el espacio según una disposición<br />
que partía <strong>del</strong> c<strong>en</strong>tro (considérese, por ejemplo, Tiahuanaco), lo cierto es que la c<strong>en</strong>tralidad<br />
quechua obligaba a que <strong>los</strong> grupos culturales sometidos ord<strong>en</strong>aran su territorio geográfico y<br />
político con una apari<strong>en</strong>cia de autonomía r<strong>en</strong>unciando a la c<strong>en</strong>tralidad y valorando la complem<strong>en</strong>tariedad<br />
y la jerarquía.<br />
En el siglo XVI, <strong>los</strong> señoríos aymaras ord<strong>en</strong>aban su territorio según la lógica dual con un<br />
taypi como eje de mediación. Era el límite simbólico de acercami<strong>en</strong>to y distanciami<strong>en</strong>to<br />
respecto <strong>del</strong> otro y la frontera <strong>en</strong> la que se aunaban las difer<strong>en</strong>cias para b<strong>en</strong>eficio colectivo:<br />
el espacio liminal donde, el que era igual era también difer<strong>en</strong>te. Se trataba <strong>del</strong> otro que,<br />
también simbólicam<strong>en</strong>te, estaba arriba o abajo respecto de uno, de qui<strong>en</strong> era más masculino<br />
o más fem<strong>en</strong>ino que uno. Pareciera, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, que el ord<strong>en</strong> <strong>del</strong> espacio a partir de un<br />
c<strong>en</strong>tro expresaba una lógica de dominio político y cultural que se impuso con <strong>los</strong> incas; <strong>en</strong><br />
tanto que para preservar dicho poder fue conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que las unidades subalternas y dominadas<br />
como <strong>los</strong> señoríos aymaras, asumieran la organización dual con jerarquía y complem<strong>en</strong>tariedad<br />
sin un c<strong>en</strong>tro propio. Tal, la forma de organización política y simbólica, disposición<br />
que ante todo, debía ser funcional y complaci<strong>en</strong>te respecto de las expectativas y el<br />
poder de <strong>los</strong> quechuas.<br />
Es posible interpretar que la construcción radial <strong>del</strong> espacio desde un c<strong>en</strong>tro refleja el proceso<br />
histórico de poder que cierta <strong>en</strong>tidad política y cultural despliega sobre <strong>los</strong> territorios<br />
que domina. <strong>La</strong> disposición progresiva de anil<strong>los</strong> <strong>en</strong> torno al c<strong>en</strong>tro, por lo demás, no es<br />
incompatible con una estructura radial de base. Los anil<strong>los</strong> más alejados <strong>del</strong> c<strong>en</strong>tro muestran<br />
el alcance vasto <strong>del</strong> imperio y la mayor división radial (<strong>los</strong> ceques <strong>del</strong> Cusco por ejemplo,<br />
como parte de cada suyo), el estilo de dominio político y cultural aplicado desde la<br />
metrópoli. Si a esto se suman las difer<strong>en</strong>cias ecológicas y de altitud de <strong>los</strong> suyos sometidos,<br />
el cuadro que se configura es un mapa complejo con variables múltiples. Este mapa integraría<br />
tanto <strong>los</strong> s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de desc<strong>en</strong>tralización y autonomía como posibilitaría un efectivo<br />
268