Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
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esté actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Presid<strong>en</strong>cia de la República permite esbozar la respuesta: o ejerce<br />
poder de modo insidioso reproduci<strong>en</strong>do las viejas y detestadas prácticas de <strong>los</strong> gobernantes<br />
<strong>del</strong> pasado, sumando a su estilo el res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y la exclusión; o <strong>en</strong> contra de la<br />
compr<strong>en</strong>sión de la política y la cosmovisión andina, anula la disimetría procurando la<br />
construcción de proyectos que incluyan a la otredad y elimin<strong>en</strong> <strong>los</strong> resquicios de la reproducción<br />
de lo <strong>del</strong>eznable de la política boliviana. Esto último parece lo más improbable.<br />
<strong>La</strong> definición de las id<strong>en</strong>tidades <strong>en</strong> <strong>los</strong> <strong>Andes</strong> se da a partir de la configuración de las imág<strong>en</strong>es<br />
de <strong>los</strong> otros. Para <strong>los</strong> jaqis, por ejemplo, es decisivo id<strong>en</strong>tificar por oposición a <strong>los</strong><br />
q´aras, pero también a <strong>los</strong> q´ara-cho<strong>los</strong>. Los indios <strong>del</strong> <strong>en</strong>torno rural todavía hoy metaforizan<br />
las relaciones de explotación de las que son víctimas con imág<strong>en</strong>es como el kharisiri<br />
o el ñaqak, configurando <strong>en</strong> su imaginario colectivo, un discurso de resist<strong>en</strong>cia que invalida,<br />
desprecia y cond<strong>en</strong>a al otro mostrando una reacción fr<strong>en</strong>te a las relaciones opresivas.<br />
<strong>La</strong>s id<strong>en</strong>tidades se configuran <strong>en</strong> oposición a <strong>los</strong> otros sigui<strong>en</strong>do s<strong>en</strong>tidos difer<strong>en</strong>tes. Se<br />
trata de qui<strong>en</strong>es están asociados a lo sagrado y lo salvaje: <strong>los</strong> chullpas. En este caso,<br />
pese a que prevalece la disimetría que coloca a <strong>los</strong> aymaras <strong>en</strong> posición de poder, subsiste<br />
cierta distancia y respeto con relación al valor sagrado conc<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> la humanidad<br />
contrahecha y desdoblada de <strong>los</strong> chuquilas o <strong>en</strong> el faccionalismo y la desagregación social<br />
que <strong>los</strong> aymaras asocian respecto de <strong>los</strong> urus.<br />
<strong>La</strong> acción de <strong>los</strong> aymaras de hoy fr<strong>en</strong>te al otro es interpretada por el autor como propósitos<br />
asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes y ubicaciones desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes. <strong>La</strong>s repres<strong>en</strong>taciones colectivas carec<strong>en</strong> de<br />
s<strong>en</strong>tido histórico a largo plazo privando de desazón a cualquier fracaso. El alineami<strong>en</strong>to<br />
de fuerzas permite reacciones de resist<strong>en</strong>cia o acciones asertivas para procurar poder.<br />
Los aymaras v<strong>en</strong> que la disposición de las jerarquías como un esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> el que se trata<br />
de conseguir lo que sea accesible o de resistir a diversas formas de opresión y explotación,<br />
se da según una actitud de espera <strong>del</strong> movimi<strong>en</strong>to cósmico de inversión que define<br />
<strong>los</strong> sitiales de dominio y las prerrogativas. Al hombre andino de ac<strong>en</strong>drada visión postcolonial<br />
no es posible conmoverlo con programas políticos, discursos teleológicos, ni con<br />
presunciones de verdad que sean auténtica y profundam<strong>en</strong>te asumidos. Es anu<strong>en</strong>te, incorpora<br />
todo según el interés <strong>del</strong> mom<strong>en</strong>to, dice que “sí” a lo que se pres<strong>en</strong>te, pero sin<br />
compromisos ni <strong>en</strong>tusiasmo. <strong>La</strong>s inversiones llegarán cuando sea el mom<strong>en</strong>to, con o sin<br />
guerra de alta int<strong>en</strong>sidad, con o sin conflicto que muestre la profundidad <strong>del</strong> pachacuti <strong>en</strong><br />
el racimo de círcu<strong>los</strong> o <strong>en</strong> un p´uku de la realidad que corresponda.<br />
Es <strong>en</strong> esta parte donde el autor rompe la visión romántica e ideal <strong>del</strong> hombre andino como<br />
un ser simple ocupado <strong>en</strong> la reciprocidad con la naturaleza, <strong>los</strong> otros y las deidades, preocupado<br />
por articular varias formas de complem<strong>en</strong>tariedad <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno campestre:<br />
imag<strong>en</strong> de un sujeto fuera de la historia, cooperativo, sociable y constructor de altos valores<br />
humanos <strong>en</strong> un contexto de escasez y pobreza. No, Blithz Lozada indica que el indio<br />
de hoy, no sólo <strong>en</strong> el campo sino <strong>en</strong> la ciudad y <strong>en</strong> el gobierno boliviano ejerce pragmática<br />
y discrecionalm<strong>en</strong>te el poder, es v<strong>en</strong>al y conflictivo, provoca escisiones y atomiza a <strong>los</strong><br />
actores suponi<strong>en</strong>do que llegó la hora que le toca el turno para hacerlo, igual o peor como<br />
lo hicieron sus predecesores <strong>en</strong> contra de él mismo.<br />
En el duodécimo parágrafo, Lozada señala que con la conquista y el colonialismo español<br />
se han desplegado dos lógicas políticas constitutivas <strong>del</strong> imaginario post-colonial: el discurso<br />
dicotómico de visión maniquea y el discurso conciliador de supuesto b<strong>en</strong>eficio colectivo.<br />
Que <strong>los</strong> primeros conquistadores hayan calificado a <strong>los</strong> indios de “homúncu<strong>los</strong>”<br />
creando la ley<strong>en</strong>da negra constituye una alternativa política que g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se activa<br />
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