Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
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<strong>La</strong>s relaciones <strong>en</strong>tre el mundo de arriba y el de abajo no se mediatizan necesariam<strong>en</strong>te a<br />
través <strong>del</strong> mundo <strong>del</strong> medio. <strong>La</strong> oposición, al mismo tiempo <strong>en</strong>tre contrarios y complem<strong>en</strong>tarios,<br />
integra la totalidad preservando un equilibrio holístico. <strong>La</strong> Pachamama <strong>en</strong>tre <strong>los</strong><br />
laymis, según Harris, relaciona y equilibra las fuerzas de arriba con las de abajo, constituyéndose<br />
con el rayo, <strong>en</strong> <strong>los</strong> factores de integración de <strong>los</strong> tres mundos.<br />
Si bi<strong>en</strong> el manqha pacha coexiste <strong>en</strong> el universo de cuatro dim<strong>en</strong>siones con <strong>los</strong> otros dos<br />
mundos, su tiempo es secreto, irregular, difícil y p<strong>en</strong>dular. Por una parte, se trata <strong>del</strong> espacio<br />
anterior y <strong>del</strong> tiempo pasado que adquier<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido gracias al futuro. En efecto, sólo <strong>en</strong><br />
la medida <strong>en</strong> que el pasado vuelve <strong>en</strong> el futuro, se afirma su s<strong>en</strong>tido de exist<strong>en</strong>cia para el<br />
pres<strong>en</strong>te. Por otra parte, el pasado cuatri-dim<strong>en</strong>sional pesa sobre el futuro y lo determina.<br />
En este caso se trata <strong>del</strong> tiempo y <strong>del</strong> espacio que están asociados a una luz difuminada: un<br />
mundo de p<strong>en</strong>umbras de donde emana la fuerza g<strong>en</strong>ésica, el poder de lo interior, el ímpetu<br />
de lo diabólico, la int<strong>en</strong>sidad de lo sagrado y clandestino.<br />
Así, <strong>en</strong> el imaginario andino, la producción y la prosperidad están vinculadas con el pasado<br />
y el sub-mundo, correspond<strong>en</strong> a una luz difusa visualizada por <strong>los</strong> laymis como propia de<br />
<strong>los</strong> waka y saxra. Éste es el mundo <strong>del</strong> castigo, <strong>del</strong> hambre y la <strong>en</strong>fermedad que se precipitan<br />
al incumplirse la reciprocidad ritual. Es el mundo <strong>del</strong> desord<strong>en</strong> y el mal, mundo que<br />
asocia al Tío y al Supay con la riqueza minera y su dádiva a <strong>los</strong> hombres, mundo de <strong>los</strong><br />
muertos y cond<strong>en</strong>ados, guardianes de la fertilidad: pacha de <strong>los</strong> achachilas y la propiedad.<br />
Si bi<strong>en</strong> el mundo de arriba interactúa con <strong>los</strong> otros dos, <strong>en</strong> la ambigüedad espacio temporal<br />
de la realidad andina, el tiempo <strong>del</strong> alaj pacha es la eternidad marcada por el periódico reinicio<br />
de un ciclo que vuelve a repetirse. El tiempo y el espacio <strong>del</strong> mundo de arriba refier<strong>en</strong><br />
un pres<strong>en</strong>te continuo <strong>en</strong> el que se rehace constantem<strong>en</strong>te la vida, el ord<strong>en</strong> y la perfección:<br />
es el mundo de la luz solar que instituye el poder <strong>del</strong> ord<strong>en</strong>.<br />
<strong>La</strong> dialéctica <strong>del</strong> taipi y el awca des<strong>en</strong>vuelve una realidad compleja, confusa y paradójicam<strong>en</strong>te<br />
estructurada. <strong>La</strong> influ<strong>en</strong>cia cíclica <strong>del</strong> tiempo de arriba, de un tiempo y espacio de<br />
eternidad marcada por procesos que retornan, se combina con la influ<strong>en</strong>cia que ejerce el<br />
movimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>dular <strong>del</strong> tiempo de abajo: influ<strong>en</strong>cia de un tiempo y un espacio irregular y<br />
difícil que da s<strong>en</strong>tido al pasado recurri<strong>en</strong>do al futuro.<br />
Así, el tiempo y el espacio <strong>del</strong> mundo <strong>del</strong> medio implica tanto regularidad de procesos <strong>en</strong><br />
emerg<strong>en</strong>cia, como el reinicio periódico de cic<strong>los</strong> que se repit<strong>en</strong>, marcados por la irrupción<br />
estructural o específica de <strong>los</strong> signos <strong>del</strong> cambio: el pachacuti. <strong>La</strong> realidad, múltiple y compleja,<br />
es el flujo <strong>en</strong> un diagrama de fuerzas, de las influ<strong>en</strong>cias contradictorias y complem<strong>en</strong>tarias<br />
sobre la sociedad y la civilización, tanto de la guerra como de la unión que se auspician<br />
por igual, desde el mundo de arriba y desde el mundo de abajo.<br />
Que el ord<strong>en</strong> adquiera s<strong>en</strong>tido gracias al desord<strong>en</strong> se explica por cuanto todo proceso de<br />
constitución política, sea cultural o civilizada, es el despliegue de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias colectivas que<br />
aúnan por intereses determinados. Sin embargo, la consecución, cambio de marcha o variación<br />
de tales procesos están evid<strong>en</strong>ciados por <strong>los</strong> pachacutis. Sea que <strong>los</strong> procesos de inversión<br />
reflej<strong>en</strong> cambios de posición <strong>en</strong>tre <strong>los</strong> sujetos que ejercían y padecían dominio, sea que<br />
la inversión exprese un cambio profundo <strong>en</strong> la estructura social, desplazando a las elites<br />
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