Cosmovisión, Historia y Política en los Andes - La Casa del Corregidor
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ios que motivan a interpretar la noción circular y reversible <strong>del</strong> tiempo. Ciertos mitos confirman<br />
aspectos recurr<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> imaginario andino que fueron interpretados a partir de<br />
otras fu<strong>en</strong>tes; por ejemplo, la cre<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el eterno retorno, <strong>en</strong> un pres<strong>en</strong>te que se recupera<br />
y activa con el rito, además de la suposición de que el tiempo está unido al espacio, si<strong>en</strong>do<br />
“doble y a la vez uno solo, contradictorio y armonioso, lineal y circular” 267 .<br />
<strong>La</strong>s reflexiones de Mircea Eliade respecto de <strong>los</strong> mitos y el tiempo, inspiran para que qui<strong>en</strong>es<br />
interpretan <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong> de <strong>los</strong> <strong>Andes</strong> t<strong>en</strong>gan una base cultural aceptable para argum<strong>en</strong>tar<br />
respecto de la concepción cíclica <strong>del</strong> tiempo. Es decir, sobre el ejercicio <strong>del</strong> poder político<br />
ord<strong>en</strong>ado según la alternancia y la inversión de roles 268 .<br />
El mito, por otra parte, da lugar <strong>en</strong> opinión de Mircea Eliade, a un inmovilismo caracterizado<br />
como el “terror a la historia” 269 . En <strong>los</strong> <strong>Andes</strong>, si el tiempo y la política se concib<strong>en</strong> según<br />
la categoría de la alternancia, <strong>en</strong>tonces respecto de la historia, cabe afirmar la continuación<br />
de una ideología estática y conservadora que invita a la inmovilidad. Debido a que<br />
para el hombre andino el acontecer y el cambio son resultado de fuerzas que se alternan<br />
regulando el ord<strong>en</strong>, no existe posibilidad de una construcción consci<strong>en</strong>te, voluntaria y libre<br />
de la historia. Lo que pasa sucede porque está establecido <strong>en</strong> un ord<strong>en</strong> sobrehumano sin que<br />
haya ningún protagonismo ex<strong>en</strong>to de las determinaciones cósmicas que hac<strong>en</strong> de las relaciones<br />
subalternas formas perman<strong>en</strong>tes de la estructura social.<br />
En el docum<strong>en</strong>to publicado por Pierre Duviols 270 escrito por Cristóbal de Albornoz alrededor<br />
<strong>del</strong> año 1580, además de las “instrucciones” que Albornoz señala para id<strong>en</strong>tificar y extirpar<br />
a las idolatrías y a las “guacas” de <strong>los</strong> indios; se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una gran cantidad de refer<strong>en</strong>cias<br />
a objetos <strong>del</strong> mundo andino con profundo y complejo significado simbólico. Por<br />
ejemplo, se refier<strong>en</strong> las pacarinas indicándose <strong>los</strong> derechos de cada parcialidad <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te<br />
al culto respectivo; se id<strong>en</strong>tifica al amaru como “machacuay”, es decir como una<br />
serpi<strong>en</strong>te que emergió de una laguna, se habla de acapana como la guaca con connotación<br />
guerrera, de las madres, por ejemplo, la illa llama que protege a <strong>los</strong> auquénidos; de illapa,<br />
asociado al rayo, a <strong>los</strong> cuerpos embalsamados, a <strong>los</strong> mellizos y a <strong>los</strong> defectos físicos, y de<br />
las apachetas repres<strong>en</strong>tadas como las verti<strong>en</strong>tes de <strong>los</strong> caminos.<br />
Al comparar estas imág<strong>en</strong>es simbólicas con las que perviv<strong>en</strong> hoy <strong>en</strong> el mundo andino, se<br />
descubre que <strong>en</strong> la larga duración, el imaginario colectivo ha conservado nociones míticas y<br />
repres<strong>en</strong>taciones simbólicas mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do similares disposiciones de significado. En este<br />
s<strong>en</strong>tido las variaciones contemporáneas son insignificantes respecto de las descripciones<br />
que <strong>los</strong> cronistas y <strong>los</strong> extirpadores de idolatrías percibieron <strong>en</strong> el siglo XVI. Por ejemplo,<br />
267 Véase el texto de Efraín Cáceres “El agua como fu<strong>en</strong>te de vida”. Op. Cit. p. 105.<br />
268 Véanse, especialm<strong>en</strong>te, <strong>los</strong> parágrafos 11 y 12 de este libro.<br />
269 Véase de Eliade El mito <strong>del</strong> eterno retorno. Op. Cit. pp. 129 ss. También el texto de Juan Ossio “<strong>La</strong>s<br />
cinco edades <strong>del</strong> mundo según Felipe Guamán Poma de Ayala”. En Etnohistoria y antropología andina.<br />
Primera Jornada <strong>del</strong> Museo Nacional de <strong>Historia</strong>. Lima, 1978. p. 242.<br />
270 “Un inédit de Cristóbal de Albornoz: <strong>La</strong> instrucción para descubrir las guacas <strong>del</strong> Pirú y sus camayos y<br />
hazi<strong>en</strong>das”. En Journal de la Société des Américanistes. Tome LVI-1. Paris, 1967. pp. 17 ss.<br />
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