14.05.2013 Views

Mi familia y otros animales (PDF) - Trebol-A

Mi familia y otros animales (PDF) - Trebol-A

Mi familia y otros animales (PDF) - Trebol-A

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Se trata de rescatarme —señaló jadeando—, no de darme la puntilla.<br />

—Anda, deja de gruñir y procura auparte un poco —dijo Leslie.<br />

—Pero por todos los santos, ¿qué te crees que estoy haciendo? ¡Si ya me he herniado por tres<br />

sitios!<br />

Al fin, y tras esfuerzos hercúleos, el cieno dio un hipido prolongado, Larry emergió a la superficie<br />

y le subimos a la orilla. Cubierto de pies a cabeza de lodo negro y fétido, su aspecto al acercarnos a<br />

él era el de una figura de chocolate que se va derritiendo al calor de una estufa.<br />

—¿Te encuentras bien? —preguntó Margo.<br />

Larry le lanzó una mirada asesina.<br />

—Fenomenal —respondió sarcásticamente—, me encuentro fenomenal. Nunca me había<br />

divertido tanto. Aparte de un leve principio de pulmonía, la espalda quebrada y el hecho de que uno<br />

de mis zapatos yace a cinco brazas de profundidad, por lo demás lo estoy pasando en grande.<br />

Regresamos a casa. Larry, a la pata coja, fue vertiendo sobre nos<strong>otros</strong> diatribas y reproches, y al<br />

llegar estaba ya convencido de que todo había sido un complot. Al verle entrar dejando tras de sí un<br />

rastro como el surco de un arado, Mamá exhaló un grito de horror.<br />

—¿De dónde vienes, hijo? —preguntó. —¿De dónde? ¿De dónde voy a venir? De cazar. '—¿Pero<br />

qué has hecho para ponerte así? Estás hecho una sopa. ¿Te has caído al agua?<br />

—Verdaderamente, tú y Margo tenéis una intuición tan aguda que a veces me pregunto cómo<br />

lográis sobrevivir.<br />

—No he hecho más que una pregunta, hijo —repuso Mamá.<br />

—Pues claro que me he caído al agua; ¿de qué tengo pinta sino de eso?<br />

—Tienes que cambiarte en seguida, vas a coger frío.<br />

—No te preocupes por mí —dijo Larry muy digno—; ya he sufrido suficientes atentados en el día<br />

de hoy.<br />

Rechazando todo ofrecimiento de ayuda, agarró una botella de coñac de la despensa y se retiró a<br />

su cuarto, donde a instancias suyas Lugaretzia encendió una gran fogata. Allí se acurrucó en la cama<br />

bien tapado, estornudando y tragando coñac. A la hora de comer pidió que le subieran otra botella, y<br />

a la hora del té le oímos cantar con voz potente, en medio de estornudos gigantescos. A la hora de<br />

cenar, Lugaretzia acudió a servirle la tercera botella, y Mamá empezó a preocuparse. Mandó<br />

entonces a Margo a comprobar si su hermano estaba bien. Hubo un largo silencio, seguido de la voz<br />

colérica de Larry y la de Margo en tono de humilde súplica. Mamá frunció el ceño y marchó<br />

escaleras arriba a ver qué sucedía, y Leslie y yo la seguimos.<br />

Rugía el fuego tras la rejilla de la chimenea, y Larry yacía oculto por una pirámide de mantas.<br />

Margo, vaso en mano, estaba junto a la cama con cara de desaliento.<br />

—¿Qué le pasa? —preguntó Mamá, avanzando con decisión.<br />

—Que está borracho —dijo Margo desesperada—, y no hay manera de hacerle entrar en razón.<br />

Estoy intentando convencerle de que se tome sus sales de magnesia, porque si no mañana estará<br />

fatal; pero no quiere ni olerías. Se esconde debajo de la ropa y dice que pretendo envenenarle.<br />

Mamá arrebató el vaso de manos de Margo y se acercó al enfermo.<br />

—Vamos, Larry, deja de hacer el tonto —le ordenó tajantemente—; tómate esto ahora mismo.<br />

Alzáronse las mantas y la cabeza despeinada de Larry emergió de las profundidades. <strong>Mi</strong>ró a<br />

Mamá con ojos pitañosos, y luego parpadeó pensativo.<br />

—Eres una vieja horrible... estoy seguro de que nos hemos visto antes en alguna parte —comentó,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!