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El doctor Centeno<br />

-¡Pobre Virginia!, es una buena mujer... Mira, dale el duro enterito a Cirila. Hay que tener presente<br />

que se le debe más. Hoy me ha dado sopas.<br />

-¡Ah!... D. Basilio me dio este real... ¡para mí!... y que expresiones, y que no se acoquine usted.<br />

Por la noche tuvieron de visita a Zalamero, Poleró y Arias. Hablaron tanto, que Alejandro se<br />

aturdió un poco con el ruido; pero disimulaba su malestar por no privarse del gusto que tenía en la<br />

conversación. Lo único que dijo, fue:<br />

«Hagan el favor de no fumar mucho aquí».<br />

Poleró, con su vehemencia de costumbre, le decía:<br />

«Anímate, hombre. Sal de esa cama. Hace ahora un tiempo hermosísimo. Si no fuera porque están<br />

cerca los exámenes y hay que empollar, te acompañaríamos más. ¿Y el drama? ¿Se representará la<br />

temporada que viene?».<br />

-Eso, seguro.<br />

-Creo que esta semana se pone en escena la comedia de Federico Ruiz. Me han dicho que es mala<br />

adrede.<br />

Y Arias, fuerte en literatura, hablaba de Los Miserables , obra que por aquellos días cautivaba y<br />

embelesaba a tantos lectores. ¡Aquella Cosette!... ¡aquella Fantina!... ¡aquel Juan Valjean!... ¡aquel<br />

capítulo la tempestad bajo un cráneo !... ¡aquel polizonte Javert!... ¡aquel capítulo de las cloacas!...<br />

aquel Fauchelevant!... ¡aquellas monjas del pequeño Picpus!... ¡aquella frase no hay que confundir<br />

las estrellas del cielo con las que imprimen en el fango las patas de los gansos !... ¡aquel Gavroche!...<br />

En fin, todo, todo...<br />

Con estas conversaciones, se ponía Alejandro excitadísimo y lo entraba ardorosa fiebre. ¡Qué mala<br />

noche iba a pasar! Más valía que se fueran. Los muchachos, compadecidos de la horrible situación<br />

de su amigo, convinieron en hacerle un anticipo. No eran ricos; pero entre todos echaron un guante,<br />

dejando sobre la mesa de noche tres duros y dos pesetas.<br />

«Adiós, adiós; a ver si te sacudes».<br />

-Adiós, y gracias. Ya os lo mandaré con Felipe, cuando reciba lo que me enviará mi padre.<br />

Por la escalera abajo, los tres jóvenes hacían comentarios sobre lo que acababan de ver.<br />

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