ff1e5252-82b1-11df-acc7-002185ce6064.pdf

More documents

Recommendations

Info

El doctor Centeno un curato en Puente del Arzobispo, y luego residió seis años en Toledo, siempre con grandísima penuria, mortificado por la pena de no poder sacar a su madre y hermana de aquella triste vida, llena de incomodidades y pobreza. Esto tuvo feliz término cuando se estableció en Madrid. ¡Gracias a Dios que le sonreía la fortuna! Desde que una azafata de la Reina, extremeña, solicitó y obtuvo para Pedro Polo el capellanazgo de las monjas mercenarias calzadas de San Fernando, la vida de aquellas tres personas tomó cariz más risueño y un rumbo enteramente dichoso. ¡Las monjas eran tan buenas, tan cariñosas, tan señoras...! Ellas mismas sugirieron a su bizarro capellán la idea de poner una escuela donde recibieran instrucción cristiana y yugo social los muchachos más díscolos, y para realizar este noble pensamiento le ofrecieron el local que tenían por el callejón de San Marcos en la casa del marquesado de Aquila Fuente, tronco de aquella piadosa fundación. Era el edificio tan viejo, que por respeto a su origen glorioso se tenía en pie. La planta principal servía para habitación de D. Pedro y su familia, y la baja, que tenía espaciosas cuadras, para albergar la escuela y toda la chiquillería consiguiente. Hermoso plan, tan pronto pensado como hecho. Así como el tío canónigo (a quien D. Pedro en sus ratos de jovialidad solía llamar el bobo de Coria ) había dicho hágote sacerdote , las monjas habían dicho a su vez hágote maestro . Para su sotana pensaba Polo así: ¿Clérigo dijiste?, pues a ello. ¿Profesor dijiste?, pues conforme. Dichosa edad esta en que el hombre recibe su destino hecho y ajustado como toma un vestido de manos del sastre, y en que lo más fácil y provechoso para él es bailar al son que le tocan. Música, música, y viva la Providencia. El éxito de la escuela fue grande. Centenares de hijos del hombre acudieron de todas las partes del barrio, atraídos por la fama de docto, paternal y juicioso que había adquirido Polo sin saber cómo. El caudal de la familia engrosaba lentamente, y vierais por fin cómo se dulcificaba la hasta entonces amarga vida de aquella buena gente; cómo podía gozar doña Claudia de comodidades que hasta entonces no conociera, y Marcelina Polo decorar su persona con severa compostura. No faltaban ya en la casa los alimentos sanos y abundantes, ni el abrigo en invierno, ni algunos honrados esparcimientos en verano. Aunque la mayor de las satisfacciones de D. Pedro Polo era el bienestar de su madre y hermana, por quienes sentía verdadera adoración, no le disgustaba tomar para sí una parte de los dones de la fortuna, y al año de establecida la escuela se le podía ver y admirar, vestido de paisano o de eclesiástico, según los casos, con la pulcritud y el lujo de los curas más distinguidos. Aquel nobilísimo oficio le daba mucho que, hacer al principio, porque tenía que aprender por las noches lo que había de enseñar al día siguiente, trabajo penoso e ingrato que fatigaba su memoria sin recrear su entendimiento. Todo lo enseñaba Polo según el método que él empleara en aprenderlo; mejor dicho, Polo no enseñaba nada; lo que hacía era introducir en la mollera de sus alumnos, 42
El doctor Centeno por una operación que podríamos llamar inyecto-cerebral , cantidad de fórmulas, definiciones, reglas, generalidades y recetas científicas, que luego se quedaban dentro indigeridas y fosilizadas, embarazando la inteligencia sin darla un átomo de sustancia ni dejar fluir las ideas propias, bien así como las piedras que obstruyen el conducto de una fuente. De aquí viene que generaciones enteras padezcan enfermedad dolorosísima, que no es otra cosa que el mal de piedra del cerebro. 43
Page 2 and 3: Biblioteca Virtual Miguel de Cervan
Page 4 and 5: Tomo I El doctor Centeno 4
Page 6 and 7: - I - El doctor Centeno Con paso de
Page 8 and 9: El doctor Centeno color verdoso de
Page 10 and 11: - II - El doctor Centeno Alejandro
Page 12 and 13: El doctor Centeno de cabecita de or
Page 14 and 15: El doctor Centeno Conviene decir qu
Page 16 and 17: «Una noche dormí en aquella casa
Page 18 and 19: El doctor Centeno -Allí hay convit
Page 20 and 21: - III - El doctor Centeno Desde el
Page 22 and 23: El doctor Centeno a un rincón a co
Page 24 and 25: - IV - El doctor Centeno Aquella ca
Page 26 and 27: El doctor Centeno Entre paréntesis
Page 28 and 29: -Alto allá, señores, atención...
Page 30 and 31: El doctor Centeno Despareció. Los
Page 32 and 33: - V - El doctor Centeno Las cuatro
Page 34 and 35: El doctor Centeno -¡Valiente cuida
Page 36 and 37: «Acabará en San Bernardino». El
Page 38 and 39: - I - El doctor Centeno Dice Clío,
Page 40 and 41: El doctor Centeno acémila con los
Page 44 and 45: - III - El doctor Centeno También
Page 46 and 47: El doctor Centeno su carrera, como
Page 48 and 49: El doctor Centeno por varios amigos
Page 50 and 51: - V - El doctor Centeno «¡No, si
Page 52 and 53: El doctor Centeno la índole del ve
Page 54 and 55: - VI - El doctor Centeno Por desgra
Page 56 and 57: El doctor Centeno restallido de pal
Page 58 and 59: - VII - El doctor Centeno Frente a
Page 60 and 61: El doctor Centeno pillo. A un herma
Page 62 and 63: - VIII - El doctor Centeno La mesa
Page 64 and 65: El doctor Centeno Reconociendo el D
Page 66 and 67: - IX - El doctor Centeno En la call
Page 68 and 69: El doctor Centeno Por lo mismo que
Page 70 and 71: El doctor Centeno La cabeza era hue
Page 72 and 73: - X - El doctor Centeno En estas y
Page 74 and 75: El doctor Centeno Obsequiaba Polo a
Page 76 and 77: «¡Bien, bravo! ¡Viva la cocinera
Page 78 and 79: El doctor Centeno Por último, D. F
Page 80 and 81: El doctor Centeno que allí se cuen
Page 82 and 83: El doctor Centeno «¡Se le hará!
Page 84 and 85: El doctor Centeno para ello, de ech
Page 86 and 87: El doctor Centeno Siguió adelante,
Page 88 and 89: - XIII - El doctor Centeno En la cl
Page 90 and 91: El doctor Centeno diestros, ganader
Page 92 and 93:
El doctor Centeno Parecía que el f
Page 94 and 95:
El doctor Centeno Después le pasó
Page 96 and 97:
- I - El doctor Centeno Federico Ru
Page 98 and 99:
El doctor Centeno Rigel , San Luis
Page 100 and 101:
- II - El doctor Centeno Ruiz, taci
Page 102 and 103:
El doctor Centeno -¡Yo no voy, yo
Page 104 and 105:
El doctor Centeno Felipe, confuso,
Page 106 and 107:
- III - El doctor Centeno Quince d
Page 108 and 109:
El doctor Centeno soledad. Después
Page 110 and 111:
- IV - El doctor Centeno Cuando la
Page 112 and 113:
El doctor Centeno suela de fieltro,
Page 114 and 115:
El doctor Centeno propiedades arren
Page 116 and 117:
El doctor Centeno familia, los Herr
Page 118 and 119:
El doctor Centeno -Vente por aquí
Page 120 and 121:
El doctor Centeno -Los chicos de ho
Page 122 and 123:
El doctor Centeno Doña Isabel trab
Page 124 and 125:
El doctor Centeno avaricia. ¿Cuál
Page 126 and 127:
El doctor Centeno -Y quién sabe -d
Page 128 and 129:
- VIII - El doctor Centeno La casa
Page 130 and 131:
El doctor Centeno Al decir esto des
Page 132 and 133:
El doctor Centeno Al decir esto, Mi
Page 134 and 135:
- IX - El doctor Centeno Entre tant
Page 136 and 137:
El doctor Centeno Aunque era doming
Page 138 and 139:
COCHERO.- ¿Y dónde es su casa de
Page 140 and 141:
(Canturriando.) Dell commendatore n
Page 142 and 143:
El doctor Centeno sorbete, golosina
Page 144 and 145:
- IV - En aquella casa El doctor Ce
Page 146 and 147:
El doctor Centeno pila; ten present
Page 148 and 149:
El doctor Centeno febrero, cuando A
Page 150 and 151:
- III - El doctor Centeno Sentados
Page 152 and 153:
El doctor Centeno Por fin tanto tra
Page 154 and 155:
El doctor Centeno y a cuantos conqu
Page 156 and 157:
El doctor Centeno alumnos de un cur
Page 158 and 159:
El doctor Centeno Apenas le dejaba
Page 160 and 161:
«Dice D. Juan que si alguno de ust
Page 162 and 163:
Abrían la puerta, le empujaban den
Page 164 and 165:
El doctor Centeno seis hacía prosa
Page 166 and 167:
El doctor Centeno Su fantasía pode
Page 168 and 169:
El doctor Centeno tenía preparadas
Page 170 and 171:
El doctor Centeno de poesía, de id
Page 172 and 173:
El doctor Centeno Para ahogar la pe
Page 174 and 175:
-Doña Virginia, que me dé usted o
Page 176 and 177:
-Abajo con él... Aunque sea amargo
Page 178 and 179:
El doctor Centeno »Siendo los que
Page 180 and 181:
-¿Cómo? ¡Ah!, ya... escribiéndo
Page 182 and 183:
El doctor Centeno ver cómo salía
Page 184 and 185:
El doctor Centeno Aquella noche, co
Page 186 and 187:
- IX - Al siguiente día, Doña Vir
Page 188 and 189:
El doctor Centeno atajo de desatino
Page 190 and 191:
El doctor Centeno El berberisco de
Page 192 and 193:
El doctor Centeno -Nada; yo llamo a
Page 194 and 195:
- I - El doctor Centeno Oída la se
Page 196 and 197:
El doctor Centeno la pequeña liter
Page 198 and 199:
- II - El doctor Centeno Felipe era
Page 200 and 201:
El doctor Centeno Cierta noche sigu
Page 202 and 203:
El doctor Centeno Verse comparado c
Page 204 and 205:
El doctor Centeno que esta avanzaba
Page 206 and 207:
El doctor Centeno refinamientos, hi
Page 208 and 209:
- IV - El doctor Centeno ¡Y qué b
Page 210 and 211:
El doctor Centeno -Pídelo a Doña
Page 212 and 213:
El doctor Centeno Al día siguiente
Page 214 and 215:
- V - El doctor Centeno Habiendo me
Page 216 and 217:
El doctor Centeno quedó convenido,
Page 218 and 219:
- VI - El doctor Centeno Cirila tuv
Page 220 and 221:
El doctor Centeno echaba la culpa a
Page 222 and 223:
El doctor Centeno compensar, en cie
Page 224 and 225:
«Si se pudiera arreglar el señor
Page 226 and 227:
«Yo le tengo lástima; pero hay qu
Page 228 and 229:
- VI - Fin El doctor Centeno 228
Page 230 and 231:
El doctor Centeno era suyo. Era de
Page 232 and 233:
El doctor Centeno Dirigiose a la ca
Page 234 and 235:
El doctor Centeno «Demuéstrame tu
Page 236 and 237:
- II - El doctor Centeno La satisfa
Page 238 and 239:
El doctor Centeno he borrado de la
Page 240 and 241:
- III - El doctor Centeno Frente al
Page 242 and 243:
El doctor Centeno era como si se le
Page 244 and 245:
El doctor Centeno Quedáronse solos
Page 246 and 247:
El doctor Centeno pues aquel señor
Page 248 and 249:
El doctor Centeno Charlaba un rato
Page 250 and 251:
- V - El doctor Centeno Otra vez la
Page 252 and 253:
El doctor Centeno Corta por aquí y
Page 254 and 255:
El doctor Centeno Felizmente, estos
Page 256 and 257:
El doctor Centeno Un rato después
Page 258 and 259:
El doctor Centeno oyéndolas. Dice
Page 260 and 261:
El doctor Centeno damas de sombrero
Page 262 and 263:
- VII - El doctor Centeno Cuando vo
Page 264 and 265:
El doctor Centeno máquina de la co
Page 266 and 267:
El doctor Centeno «¡Qué terceto
Page 268 and 269:
El doctor Centeno -¿Ya para qué?
Page 270 and 271:
(con iluminismo) El doctor Centeno
Page 272 and 273:
- VII - Fin del fin El doctor Cente
Page 274 and 275:
El doctor Centeno Los ojos de la ti
Page 276 and 277:
El doctor Centeno Con este lisonjer
Page 278 and 279:
- II - El doctor Centeno Vino la no
Page 280 and 281:
-Ocho, sí; pero déjalo. Ya me lo
Page 282 and 283:
El doctor Centeno preciso hacer sus
Page 284 and 285:
El doctor Centeno es verdad, Arias?
Page 286 and 287:
- IV - El doctor Centeno Iba a sali
Page 288 and 289:
El doctor Centeno -¡Oh!, sí... me
Page 290 and 291:
El doctor Centeno -No hay casa que
Page 292 and 293:
El doctor Centeno Y ella no hacía
Page 294 and 295:
El doctor Centeno morirme, ¡qué d
Page 296 and 297:
El doctor Centeno -Pero te pones a
Page 298 and 299:
El doctor Centeno «Parece mentira.
Page 300 and 301:
«Se ha dormido» -murmuró Felipe
Page 302 and 303:
ARISTO.- El doctor Centeno Yo creo
Page 304 and 305:
El doctor Centeno no me coge Respla
Page 306 and 307:
(cortando la relación con suspiros
Page 308 and 309:
El doctor Centeno menos de lo desea
Page 310:
(con suficiencia). El doctor Centen
show all

ff1e5252-82b1-11df-acc7-002185ce6064.pdf

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

Delete template?

Save as template?