15.06.2013 Views

ff1e5252-82b1-11df-acc7-002185ce6064.pdf

ff1e5252-82b1-11df-acc7-002185ce6064.pdf

ff1e5252-82b1-11df-acc7-002185ce6064.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

IDO.-<br />

(meditando).<br />

El doctor Centeno<br />

¡Gran desastre es que obra tan supina haya caído en manos de gente indocta! Yo que tú, procuraría<br />

restaurar toda la obra, recordando algunos pasajes y añadiendo de mi cosecha lo que se me hubiera<br />

ido de la memoria.<br />

ARISTO.-<br />

(prontamente).<br />

Usted es bobo... por fuerza... ¡qué cosas se le ocurren!<br />

IDO.-<br />

Siento infinito la pérdida de ese precioso manuscrito... ¡Obra más hermosa...! Si se representara,<br />

daría mucho dinero... Y no me has dicho una cosa que deseaba saber. ¿Cómo se han arreglado para<br />

los gastos del entierro?<br />

ARISTO.-<br />

Como saben que D. Pedro Miquis ha de mandar lo necesario, echaron un guante entre todos para<br />

anticipar la cantidad. Poleró dio ocho duros, Arias cinco, Cienfuegos devolvió la cantidad que mi<br />

amo le había dado, menos treinta y dos reales. Doña Virginia también dio algo y Ruiz ni una mota,<br />

porque dice que tuvo que pagar una cuenta. Ese es de lo más farsante que hay. No sirve más que para<br />

dar órdenes, meterse en todo y hacer pamemas. Estaba durmiendo cuando el señorito expiró. Cuando<br />

vino al cuarto, no hacía más que lamentarse de que no se lo hubiera avisado. Echó una voz muy hueca<br />

y dijo: «Señores, el romanticismo ha muerto». Y luego: «¿Qué hacemos, pero qué hacemos?...». Yo<br />

no sabía lo que me pasaba. No quería creer que D. Alejandro estaba muerto, porque un momento<br />

antes me había dicho cosas... Se murió en mitad de un suspiro, con medio sollozo dentro medio fuera.<br />

El alma se le salió sin darle ni una chispa de padecer... Se quedó tan sereno, que parecía que estaba<br />

durmiendo y soñando las cosas bonitas que él sabía soñar... Cienfuegos, que no tiene más falta que<br />

ser tramposo, lloraba como un chiquillo; le abrazaba y le besaba la mano... Yo también...<br />

IDO.-<br />

Sosiégate... no llores, repitiendo la luctuosa escena. Tu edad juvenil es propicia al olvido, y la energía<br />

reparatriz derramará pronto en tu ánimo su bálsamo consolador.<br />

ARISTO.-<br />

305

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!