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LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

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salvaron esta dificultad con <strong>la</strong> distinción precisa de sustancias yaccidentes. Todos los accidentes que constituyen <strong>la</strong> naturaleza depan y de vino existen todavía: sólo lo que constituye <strong>la</strong> esencia deestos accidentes es transformado en carne y sangre. Pero todasesas propiedades juntas, esa unidad es <strong>la</strong> misma sustancia. ¿ Quées vino y pan si se les quita <strong>la</strong>s propiedades que los convierten enlo que son? Son una nada. Por eso, carne y sangre no tienenninguna existencia objetiva; de lo contrario deberían ser también unobjeto perceptible para los sentidos de los incrédulos. Al contrario:los testigos únicamente válidos de una existencia objetiva, el gusto,el olfato, el tacto, <strong>la</strong> vista, hab<strong>la</strong>n al unísono sólo de <strong>la</strong> realidad depan y de vino. Vino y pan son en realidad sustancias naturales,pero en <strong>la</strong> imaginación sustancias divinas.La fe es el poder de <strong>la</strong> facultad imaginativa, que convierte <strong>la</strong>realidad en irrealidad, y <strong>la</strong> irrealidad en realidad; es <strong>la</strong> contradiccióndirecta con <strong>la</strong> verdad de los sentidos, con <strong>la</strong> verdad de <strong>la</strong> razón. Lafe niega lo que afirma <strong>la</strong> razón y afirma lo que el<strong>la</strong> niega. Elmisterio de <strong>la</strong> comunión es el misterio de <strong>la</strong> fe, por eso gozo de <strong>la</strong>comunión, es el momento más sublime, más encantador yembriagador del alma creyente. La destrucción de <strong>la</strong> verdad fría, de<strong>la</strong> verdad real del mundo y de <strong>la</strong> razón objetivos -una destrucciónque constituye <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> fe- alcanza en <strong>la</strong> comunión suculminación, porque aquí <strong>la</strong> fe destruye un objeto directamentepresente, evidente e indudable, sosteniendo: no existe lo quesegún el testimonio de <strong>la</strong> razón y de los sentidos existe. Sostieneque es so<strong>la</strong>mente apariencia de que sea pan, en verdad es carne.La tesis de los escolásticos expresa: es pan según los accidentes,es carne según <strong>la</strong> sustancia, es so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> expresión ideada yabstracta de lo que supone y expresa <strong>la</strong> fe, y no tiene otro sentidoque éste: según <strong>la</strong> apariencia y para los sentidos es aquello pan ypero en verdad es carne. Por eso, donde <strong>la</strong> fuerza imaginativa de<strong>la</strong> fe ha adquirido un poder tal sobre los sentidos y <strong>la</strong> razón, quehasta niega <strong>la</strong> verdad inequívoca y más evidente de los sentidos,allí uno no es un mi<strong>la</strong>gro si los fieles se exaltan a sí mismos hastaun grado tal que en realidad vieron correr sangre en lugar de vino.Tales ejemplos ha mostrado el catolicismo. Poco se precisa, parapercibir con los sentidos, fuera de sí, lo que se supone en <strong>la</strong> fe y en<strong>la</strong> imaginación como una realidad.Mientras que <strong>la</strong> fe en el misterio de <strong>la</strong> comunión dominaba a<strong>la</strong> humanidad como una verdad santa y hasta como <strong>la</strong> verdadsantísima y más sublime, el principio dominante de <strong>la</strong> humanidad105era <strong>la</strong> facultad imaginativa. Todas <strong>la</strong>s notas diferenciales entre <strong>la</strong>realidad y <strong>la</strong> irrealidad, <strong>la</strong> razón y <strong>la</strong> sinrazón, habían desaparecido;todo lo que uno podía imaginarse, se consideraba como unaposibilidad real. La religión santificaba cada contradicción con <strong>la</strong>inteligencia, con <strong>la</strong> naturaleza de <strong>la</strong>s cosas. No os burléis de <strong>la</strong>spreguntas estúpidas de los escolásticos. Eran consecuenciasnecesarias de <strong>la</strong> fe. Lo que so<strong>la</strong>mente es un objeto del sentimiento,era objeto de <strong>la</strong> razón; lo que contradice a <strong>la</strong> inteligencia, seconsideraba como si no <strong>la</strong> contradijera. Era esta <strong>la</strong> contradicciónfundamental de <strong>la</strong> escolástica, de donde salieron todas <strong>la</strong>s demáscontradicciones.No es de especial importancia, si yo creo en <strong>la</strong> doctrinaprotestante o católica con respecto a <strong>la</strong> comunión. La diferenciaso<strong>la</strong>mente consiste en que, según el protestantismo, carne ysangre de Cristo recién en <strong>la</strong> lengua o sea en el acto de <strong>la</strong>consumición se unen de una manera mi<strong>la</strong>grosa con pan y vino; encambio, según el catolicismo, esto sucede ya antes de <strong>la</strong>consumición, mediante el poder del sacerdote, el cual aquí, sinembargo, sólo obra en nombre del Omnipotente, transformandopan y vino realmente en cuerpo y sangre de Cristo. El protestantesólo escapa prudentemente a una explicación determinada; no seexpone en forma tan c<strong>la</strong>ra como <strong>la</strong> ingenuidad piadosa y acríticadel catolicismo, cuyo Dios, como una cosa visible, puede sercomido hasta por un ratón; el cual en tal caso da alojamiento a suDios, y éste ya no puede escaparle.El protestante, lo mismo que el católico, cree comer, en pan yvino, realmente carne y sangre de Cristo. En muy poco diferíanespecialmente al comienzo los protestantes de los católicos enesta doctrina. Así por ejemplo en Ansbach se originó un litigiosobre <strong>la</strong> cuestión de: "Si el cuerpo de Cristo llegaría también hastael estómago, si sería digerido como <strong>la</strong>s demás comidas y si, por lotanto, podría ser también echado por el camino natural".Pero si bien <strong>la</strong> facultad imaginativa de <strong>la</strong> fe hace de <strong>la</strong>existencia objetiva una mera apariencia, y de <strong>la</strong> existenciaimaginada una verdad y realidad, sin embargo, en sí, o sea según<strong>la</strong> verdad, lo realmente objetivo es sólo <strong>la</strong> materia natural. Hasta <strong>la</strong>hostia en el cáliz del sacerdote católico, sólo en <strong>la</strong> fe es un cuerpodivino; siendo aquel<strong>la</strong> cosa visible y externa en que transforma elser divino, sólo un objeto de <strong>la</strong> fe; pues el cuerpo aquí tampoco esvisible como cuerpo, ni es tangible ni puede sentirse como tal. Esto

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